¿Qué hará el PRI?
Pasaron más de dos años de la elección intermedia del 2015, en el que Movimiento Ciudadano se convirtió en la primer fuerza electoral de Jalisco, sin que el PRI tuviera una respuesta ni como partido, ni como gobierno. No hubo revulsivos, ni cambios de timón. Lo que ha sucedido desde el poder ejecutivo, es una suerte de gestión de la imagen del gobernador, más no un esfuerzo de fondo por reconfigurar al gobierno. Las apuestas de esta administración no se ven y para muestra, tres botones, el desastre administrativo en la Secretaría de Salud, el empantanamiento del nuevo modelo de transporte público y la continua degradación de la seguridad pública y la impartición de justicia. El resto de secretarías, nadan en la mediocridad. Si a ello le sumamos la mala imagen de Peña Nieto, el escenario local y nacional ponen al PRI en una posición de desventaja.
En este contexto, suenan tres nombres para contender por la candidatura a la gubernatura: Eduardo Almaguer, Héctor Pizano y Arturo Zamora. Eduardo Almaguer ha tenido un desempeño muy cuestionable como fiscal. Sus disputas con el Comisionado de Seguridad del Ayuntamiento de Guadalajara, lejos de robustecer su imagen, le restaron peso. Sus resultados son pésimos, sus intenciones no pueden ser tomadas en serio, ni por él mismo.
Héctor Pizano es un político en desarrollo. Tiene más experiencia y mejor formación que el fiscal. Se caracteriza por ser político que tiende puentes. En el poco tiempo que lleva al frente del PRI, poco a poco ha logrado regresarle un cierto protagonismo en la vida pública. No obstante, una cosa es ser un buen político y otra ser un buen candidato. A Héctor le falta fuerza, sobre todo, si enfrente se va a topar a Enrique Alfaro, que es una locomotora electoral.
Finalmente, está Arturo Zamora, el político más posicionado, más experimentado y mejor vinculado con la esfera federal que hoy por hoy, tiene el PRI Jalisco. Arturo Zamora sabe lo que es perder una elección, y sabe, mejor que nadie, lo que el priísmo nacional espera de Jalisco y cómo debe obtenerse. A diferencia de Almaguer, o incluso, Pizano, Zamora no sería un adversario tan débil.
La decisión es un albur. Algunos dicen que el Gobernador trama una entrega pactada con Movimiento Ciudadano, lo cual implicaría atrincherarse en el estado en contra de los designios de Los Pinos. Eso descartaría a Arturo Zamora y favorecería a Héctor Pizano. No obstante, pudiera darse una imposición desde el centro, en la que se construya una salida política para el Gobernador y su equipo, para dejarle el camino libre a Arturo Zamora.