¿Frente o alianza electoral?
E l frente solo avanza en la cabecita de Anaya, Barrales y Delgado. De Frente tiene dos dedos, de ciudadano, solo el mote. Hay que llamar a las cosas por su nombre, PAN, PRD y MC están empujando una estrategia pragmática cuya única agenda es evitar que el PRI se mantenga en el poder, o que MORENA llegue. Fuera de eso, no hay nada más.
Los tristísimos foros que esta alianza electoral están lanzando, bajo el epitafio “Los Ciudadanos Opinan”, confirman el lugar que, para los dirigentes de estos tres partidos políticos, tienen los ciudadanos: son opinadores, no protagonistas.
El prototipo del foro lo describe; al centro del local donde se desarrolla el evento, cual faraones, aparecen Anaya, Barrales y Delgado y en la periferia los ciudadanos. Ellos hacen como escuchan, hacen algunos apuntes, disparan una batería de frases cargadas de buenas intenciones y lugares comunes y se acabó.
La cuestión es, que no se trata de que los ciudadanos opinen y que los presidentes de los partidos que conforman el frente, hagan anotaciones. Se debería tratar de estructurar la participación política ciudadana utilizando a los partidos.
El proceso ha sucedido al revés. Las cúpulas políticas del PAN, PRD y MC se pusieron de acuerdo para unir fuerzas, bautizaron a su engendro como ciudadano y ya después, pasadas semanas, golpes y descréditos, comenzaron un tibio acercamiento con la ciudadanía.
Si desde un principio, antes de aparecer ellos como protagonistas, hubiesen hecho un trabajo de convocatoria social y hubieran establecido aunque sea una visión o una agenda a partir de la cual construir una apuesta, otro gallo hubiera cantado. Lo que hemos visto, es una horrenda pasarela en la que figuran y desfiguran cartuchos quemados o por quemar.
Los actores que impulsan el frente se han convertido en el blanco de los misiles del PRI y de MORENA. Si al final del show, el abanderado se apellida Anaya, Mancera o Moreno Valle, se cumplirá el pronóstico de la simulación. La única posibilidad que tiene el Frente Ciudadano para obtener la confianza de los ciudadanos, es precisamente, poniendo a quienes hoy son sus protagonistas en un segundo plano y dejando el paso a hombres y mujeres sin compromisos partidistas.
La otra opción es que los promotores terminen desenmascarándose y en vez de Frente Ciudadano, le llamen a su amasiato, alianza electoral. Ahí no hay engaño. Ahí se habla con la verdad y es perfectamente válido aliarse para contender por el poder. En una de esas, hasta les sale, y nos evitan y se evitan meses de martirio y de política bananera.