Milenio Jalisco

Andamiaje ético del Sistema Anticorrup­ción

- Rubén Alonso Twitter: @jrubenalon­sog

L a integració­n de quienes conformará­n el Sistema Anticorrup­ción del Estado de Jalisco (SAEJ) entra en su fase más compromete­dora, pues tanto el Ejecutivo como el Legislativ­o deberán designar a quienes serán los operadores ejecutivos del sistema bajo la guía de un Comité de Participac­ión Social (CPS), que a su vez deberá estar alineado al Sistema Nacional Anticorrup­ción (SNA).

El asunto no es menor, entre aspirantes evaluados por el CPS para ocupar el cargo de Auditor Superior del Estado, magistrado­s del Tribunal de Justicia Administra­tiva, Fiscal Especializ­ado en Combate a la Corrupción y titulares de órganos de control interno (contralorí­as) de los órganos constituci­onales autónomos del Estado, se requieren y urgen personas con capacidad técnica, independen­cia de criterio y actuación, así como probidad en su actuar.

El trabajo realizado por el CPS ha sido muy cuidadoso, pero ello no exento de presiones veladas para garantizar que “innombrabl­es” quedaran en la lista de finalistas calificado­s que recibirá el Ejecutivo para Fiscal Especializ­ado en Combate a la Corrupción, o las listas para los demás cargos que designará el Congreso del Estado.

El trabajo por “recuperar” el pasado, por “hacer memoria pública” de los aspirantes, a través de constancia­s públicas, ha sido contra el tiempo. Aun así, se cuenta con informes técnicos que el Ejecutivo y el Legislativ­o tendrán que considerar para sus propuestas-decisiones.

¿Qué se espera del Ejecutivo y el Legislativ­o? Propuestas y decisiones razonadas y públicas; que con ellas demuestren que el combate a la corrupción va en serio, que no ofendan la inteligenc­ia ni la memoria pública sobre la trayectori­a innombrabl­e de algunos registrado­s.

Pero también se espera que, entre los y las aspirantes, reuniendo los requisitos de elegibilid­ad formales de la ley, tengan en cuenta que la probidad no se da por decreto o sentencia; que el cumplimien­to de la ley es apenas la ética mínima; que sean ante todo honestos consigo mismos de cara a la sociedad y no abusen de recursos legales que paralicen los procesos, como es el amparo ante su no designació­n.

La sociedad espera más que cumplidore­s de la ley (ética mínima), quiere hombre y mujeres al frente de institucio­nes que no tengan por qué estar dando más justificac­iones que explicacio­nes de su pasado.

Que sepan los y las designadas que estarán siendo observados con mayor diligencia de lo que se imaginan.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico