Milenio Jalisco

Entre Jesucristo, el pecado y los sismos

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os contenidos religiosos siguen ganando terreno en nuestro “laico” país y para muestra basta un botón: Los milagros de Jesús.

¿Qué es esto? La nueva serie brasileña que Imagen Televisión estrenó el domingo pasado.

¿Es buena? No, es magnífica. No sabe usted el tamaño de producción y, lo más importante de todo, latinoamer­icana. ¿De qué trata? Sí, yo sé que suena medio estúpido consideran­do que esto se llama Los milagros de Jesús, pero sí es importante definirlo.

¿Por qué? Porque, contrariam­ente a lo que cualquiera pudiera imaginar, no es ni una telenovela disfrazada de serie ni una bioserie que nos cuente la vida de Jesús.

Es un concepto muy cinematogr­áfico donde de lo que se trata es de contar historias tocadas por Jesús como la del pescador Simón que se acabó convirtien­do en San Pedro. Un mismo capítulo puede tener varias historias que comiencen y que acaben ahí mismo como si se tratara de un programa unitario. Es un buen experiment­o porque convierte algo tan conoci- do por todos, como Los milagros de Jesús, en un espectácul­o dinámico. Además, usted no tiene que estar pegado a él semana a semana para entenderlo pero está tan bien estructura­do que no lo va a querer soltar. ¿Cuál es la nota? Primero, que Imagen Televisión lo está volviendo a hacer, está volviendo a triunfar con una producción bíblica. Segundo, que no lo está haciendo entre semana. Lo está haciendo los domingos a las 20 horas compitiend­o directamen­te contra lo mejor de lo mejor de Televisa y de Tv Azteca.

Y tercero, que no deja de ser sintomátic­o el impacto de esta clase de emisiones en nuestro “laico” país. ¿O usted qué opina? Sigo levitando de placer después de haber visto completa la primera temporada de la serie The Sinner de Netflix.

¡Qué cosa tan más impresiona­nte! Y mire que hay 14 mil series del mismo corte en el mercado pero ésta es especial.

The Sinner es una serie como Mindhunter y Criminal Minds, donde de lo que se trata es de profundiza­r en lo que hay detrás de una historia de asesinos.

Pero aquí hay varios elementos que marcan la diferencia. Para empezar, que la asesina es una mujer y luego, que el policía que la está investigan­do es peor persona que ella. El juego es interesant­ísimo: ¿Qué tanto cambia un asesinato cuando estamos hablando de una mujer? Claro, yendo mucho más allá de Mujeres asesinas.

Y luego, ¿qué tan diferente puede ser un policía que se dedica a investigar esta clase de cuestiones?

Porque aunque usted no lo crea hay un punto en que se juntan, en que ambas personalid­ades se tocan.

A esto hay que sumarle unos cuestionam­ientos tremendos sobre la virtud y el pecado.

Es, para acabar pronto, una revelación y yo le aplaudo de pie a sus actores a los que usted reconocerá inmediatam­ente de una muy exótica combinació­n de películas comerciale­s como El día de la independen­cia con lo mejor del cine independie­nte como James White.

¡Qué trabajo tan más redondo, tan más humano! Están dirigidos desde el alma y mire que no descuidan ningún detalle de su mente y de cuerpo como las fantasías nocturnas y las cicatrices de las uñas. No le voy a contar más detalles para no arruinarle la experienci­a pero esta serie es buenísima. Hay que verla. ¿A poco no? Canal Once es muy discreto pero si fuera Televisa o Tv Azteca, todos los días estaría dando nota tanto en los medios tradiciona­les como en las redes sociales.

La próxima semana van a regresar al Istmo de Tehuantepe­c para darle continuida­d a lo que hicieron inmediatam­ente después de los terremotos de septiembre.

Estamos hablando desde la entrega directa de los donativos de sus espectador­es hasta coberturas periodísti­cas, gastronómi­cas y de entretenim­iento.

Aquello pinta para ser un acontecimi­ento porque, por supuesto, se trata de evaluar pero también de darle sentido a la televisión pública nacional, de ponerle las cámaras y micrófonos a la gente.

Por si esto no fuera suficiente, este domingo se va a aventar una ocurrencia preciosa, ideal para familias con niños pequeños.

Se llama Cierto concierto y es la fusión de lo mejor de la música clásica con el talento de Sofía Álvarez. Es algo así como Las mil y una notas de Mexiquense Tv pero más enfocado a un concierto muy específico donde Sofía va, viene, nos hace reír y sensibiliz­a a los niños sobre el tema musical.

Créame que va a ser una experienci­a que muchos papás que no tienen el dinero o el dinero para llevar a sus hijos a los conciertos, van a agradecer.

Y ni hablar de los que viven en pueblos o ciudades sin esta clase de manifestac­iones. ¿Ahora entiende la importanci­a de esta clase de esfuerzos? Es cambiarle la vida un poquito a miles de niños en todo el país. Es regresar a los grandes tiempos de la mejor televisión pública mexicana.

Canal Once es muy discreto pero todas las semanas da nota. ¿O usted qué opina?

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