Trump incendia el mundo árabe
Rompe con diplomacia y reconoce a Jerusalén como capital del estado de Israel
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció “oficialmente” a Jerusalén como la capital de Israel, una histórica decisión contraria a décadas de diplomacia estadunidense e internacional, que rompe un consenso global y amenaza con desencadenar una escalada de violencia en Oriente Medio.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas realizará una reunión urgente la mañana del viernes sobre el reconocimiento unilateral de capitalidad de la ciudad, considerada sagrada por judíos, musulmanes y cristianos, anunciado por Trump, reveló la presidencia japonesa del Consejo. Ocho países, Bolivia, Egipto, Francia, Italia, Senegal, Suecia, Reino Unido y Uruguay pidieron la reunión. “He decidido que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel. Otros presidentes prometieron hacerlo en su campaña electoral, pero nunca lo cumplieron. Hoy, yo lo cumplo”, dijo Trump en un breve mensaje desde la Casa Blanca. “Esto no es nada más ni nada menos que un reconocimiento de la realidad. Es, además, lo correcto, algo que tiene que hacerse”, aseguró.
“Israel es una nación soberana con el derecho, como cualquier otra nación soberana, de determinar cuál es su propia capital”, añadió el mandatario, omitiendo la violación del derecho internacional y aseguró, contra toda lógica, que su decisión es “una condición necesaria para alcanzar la paz”.
Trump también ordenó iniciar el traslado y construcción de la embajada estadunidense de Tel Aviv a Jerusalén, un proceso que, según la Casa Blanca durará al menos tres o cuatro años, y reivindicar “un nuevo enfoque” para el conflicto israelí-palestino.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, implícitamente criticó a Trump, enfatizando su oposición a “cualquier medida unilateral que ponga en peligro la perspectiva de paz” en Oriente Medio. La líder alemana Angela Merkel no apoyó la decisión de Trump, “porque el estatuto de Jerusalén solo puede ser negociado como parte de una solución de dos Estados”, dijo. También el presidente francés, Emmanuel Macron, calificó de “lamentable” el reconocimiento y pidió “evitar a cualquier precio la violencia”. Arabia Saudita, aliado de Trump en la región, condenó sin embargo la “irresponsable” decisión y advirtió de “graves consecuencias”. La decisión fue también criticada por la Unión Europea, Rusia y China y tanto el gobierno jordano como el presidente palestino, Mahmud Abas, acusaron a EU de violar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que en 1980 instó a retirar las embajadas de Jerusalén. “Mediante estas decisiones lamentables, Estados Unidos boicotea deliberadamente todos los esfuerzos de paz y proclama que abandona el papel de patrocinador del proceso de paz que ejerció en las últimas décadas”, declaró el presidente palestino Abas. Trump “abrió las puertas del infierno”, consideró el movimiento islamista palestino radical Hamas. “No puedo callar mi profunda preocupación”, dijo a su vez el papa Francisco.
También Irán condenó la decisión y auguró una “nueva intifada” (rebelión) palestina. Turquía calificó la decisión de “irresponsable” e ilegal, y convocó para el 13 de diciembre en Estambul una cumbre de líderes de países musulmanes sobre Jerusalén.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebró un “día histórico” por la “decisión valiente y justa” de Trump y aseguró que esta no cambiará el statu quo en torno a los lugares de la ciudad santa para judíos, cristianos y musulmanes.