Autos por granos: la propuesta mexicana a Brasil y Argentina
Hemos avanzado mucho en los últimos tiempos. Llevamos cuatro rondas de negociación con Argentina y ocho con Brasil. Mientras se negocia el TLCAN no solo hay que buscar destinos para exportar, sino también de donde importar productos”, dice Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía. “Estamos negociando una profundización de los Acuerdos de Complementación Económica (ACE) existentes”.
¿Qué busca el gobierno en estos dos mercados sudamericanos? “Cumplir con una agenda de política pública que garantice abasto de ciertos commodities”, abunda Baker. Entre ellos están los cuatro granos básicos: maíz amarillo, arroz, trigo y pasta de soya. Solo en maíz amarillo, hoy importamos de EU 95 por ciento de las 14 millones de toneladas que consumimos al año. Según Martín Fraguío, director la Asociación de Maiceros Argentinos, ellos podrían pasar de proveer las 150 mil toneladas que vendió en 2016 hasta los 2 millones.
“Hay una complementaridad entre las capacidades manufactureras de México y las capacidades agrícolas de la Argentina. Autos y granos”, señaló hace unos días el secretario Guajardo en la reunión de la OMC, que se realizó en Buenos Aires. El plan es ampliar las preferencias comerciales que están dentro del ACE 6 entre ambos países, es decir, bajar aranceles, hacer más simples los trámites y permisos sanitarios de los granos argentinos. “La misma tarea tenemos con Brasil desde hace dos años”, destaca Baker. Con este país México tiene el ACE 53 y la intención de los brasileños es no solo incursionar con granos, sino también con pollo y jugo de naranja.
El proceso ya empezó: solo en septiembre pasado importamos de Brasil 100 mil 760 toneladas de maíz amarillo, un aumento de 85 por ciento versus todo lo que les compramos en 2016. En el mismo lapso, desde Argentina llegaron 67 mil 400 toneladas del mismo grano. Entre los dos países lograron sumar solo 3 por ciento de lo que importamos actualmente de Estados Unidos.
Pero, como en toda negociación, cada parte debe exigir en ciertos puntos y ceder en otros. “Si estos países quieren comerciar con México, el paquete no es gratis. Ellos van a tener que poner en la mesa la apertura a los temas en los que somos más productivos nosotros como son el automotriz, manufactura o químicos”, añade Baker poniendo el dedo en un tema muy espinoso para los empresarios sudamericanos de estos sectores.
Si bien ya recibimos esos embarques desde Sudamérica, aún falta toda la ingeniería bilateral, “que esperamos quede lista en el primer semestre del año”, agrega Baker.