¿Cómo denunciar?
Ahora el tabloide The Daily Mail ha publicado que Stan Lee, creador de los más entrañables superhéroes y del mundo Marvel, publica que ha acosado sexualmente a algunas de sus enfermeras. Él enseguida lo negó categóricamente, cosa que en otro momento seguramente no hubiera tenido que hacer, siendo ese periódico una burla a la verdad y una oda al sensacionalismo, pero son tiempos diferentes.
La presunción de inocencia se ha esfumado por completo y no sin razón, debido a que tantas mujeres han sido ignoradas, por tantos años, cuando levantaron la voz respecto al tema del acoso y la violencia. Sí, tenemos que escuchar a esas mujeres. Pero no tenemos que creerle al Daily Mail, ni a Twitter (esa va para James Franco) ni al teléfono, para el caso.
Evidentemente hay necesidad de un cambio. Pero este no va a ocurrir con acusaciones vía redes sociales o periódicos de poca monta, con muchísima circulación y dinero, sí, pero con la misma credibilidad que el ¡Óoorale! (o como se llame ahora).
Este tema me preocupa mucho porque, hablando de la velocidad en la que estos días el público espera su información y la necesidad de encontrar culpables, pasan cosas profundamente penosas como la que ocurrió en nuestro país cuando se nombró hace pocos días, como presunto culpable del homicidio de la modelo y actriz Karen Ailen a un joven actor llamado Axel Arenas. Resulta que el abogado de Axel demostró que este ni estaba en México durante el horrible suceso, pero eso no detuvo a muchos de considerarlo culpable, por más que la palabra “presunto” debería haber siempre estado ligado a la acusación. Y peor todavía ¿de dónde sacaron esa conclusión las autoridades? ¿Y la necesidad de hacerla pública cuando evidentemente NO estaba confirmada? Ya tendrá su libertad el actor, pero el daño, al menos un daño, está hecho. ¿Habrá reparaciones por saltar a conclusiones? ¿Habrá quien responda? Lo dudo.
Aunque no parezca, bastante en común tienen muchos de estos casos y es lógico. Las mujeres, la sociedad en general, estamos absolutamente destruidas con tanta violencia. Queremos que alguien pague. Sin embargo nos estamos ahogando en una sobredosis de información, mucha dudosa. Por eso es nuestra responsabilidad asegurarnos de que nadie se radicalice, que nadie se adelante a los hechos. Alguien (medios, autoridades y tuiteros) tiene que entender la gravedad que tiene todo esto. Y no hablo ya solo de los acusados que son inocentes. Hablo de las miles de víctimas que no están obteniendo verdadera justicia mientras nos ocupamos de lo que se puede convertir muy rápido en un circo.
Entiendo perfectamente que a veces el tiempo pasa hasta que una puede denunciar. Lo difícil y doloroso que es. La falta de pruebas en muchos casos, que no los vuelve menos reales. Sé que muchas veces la corrupción interfiere. Que la presión por tener culpables apremia. Pero para que todo esto que está pasando simultáneamente de verdad signifique un cambio real, tenemos que entender las características de donde viene cada pedazo de información. Eso, muchas veces, dice más que cualquier otra cosa.