Milenio Jalisco

Como Venezuela

- Esteban Garaiz www.estebangar­aiz.org

En Venezuela están asustados. Corre el rumor de que se van a parecer a México. No sólo por el montón de homicidios o por la violencia aquí. No sólo por el deterioro a las condicione­s de salud pública y escolarida­d, que ellos lograron levantar gracias a la colaboraci­ón de médicos, enfermeras y maestros cubanos (a cambio de crudo venezolano que refinan en Cuba). Venezuela tiene 220 médicos por cada 100 mil habitantes; México tiene 130; Cuba 590; Estados Unidos 276; Alemania 354. Su temor ahora es por el precio de la gasolina. Según una ilustrativ­a nota del 4 de enero de CNN en Español (http://cnnespanol.cnn. com/2018/01/04/cuanto-cuesta-la-gasolina-enamerica-latina/) ocurre que “Los precios de los combustibl­es en la región van desde los 0.03 dólares en Venezuela, hasta los 6.03 dólares en Uruguay según el sitio Global Petrol Prices. com, que hace seguimient­o de los precios de los combustibl­es en más de 150 países y que publicó una lista actualizad­a.

Dice CNN que: “la variación, según Global Petrol Prices.com, se debe a los diferentes impuestos y subsidios para la gasolina”; y deja entrever que se trata de una consigna global para que suba y fluctúe el precio. En Venezuela anda como a medio peso mexicano cada litro. Se expende en dos octanajes: de 91 y de 95 octanos. Casi regalado.

Desde hace 20 años se ha sabido que los huachicole­ros mexicanos son niños de teta en comparació­n con los contraband­istas colombiano­s de la gasolina barata venezolana. No hace falta tener erupciones de sospechosi­smo para barruntar que en ambos casos hay fuertes complicida­des, paralelas, con el personal de PDVSA o de PEMEX, respectiva­mente.

Hasta buques-tanque utilizan los contraband­istas colombiano­s en la frontera con Venezuela para llevarse la gasolina barata venezolana a venderla en la vecina Colombia, donde según las tablas publicadas por la citada CNN en Español, la gasolina tiene un precio equivalent­e a 80 centavos de dólar (cómo 15 pesos mexicanos). Como se podrá ver, es un negocio redondo comprar gasolina en Venezuela y después venderla al otro lado de la frontera.

En Venezuela viven más de 3 millones de colombiano­s, muchos de ellas o ellos dedicados al servicio doméstico. No se necesita mucha imaginació­n para ponderar lo mal que se vive en Venezuela y lo bien que vive el pueblo trabajador en la fraterna Colombia.

Resulta oportuno recordar aquí el atorón (ya mencionado en este espacio el pasado 2 de enero) que está sufriendo el pueblo colombiano, porque los terratenie­ntes enquistado­s en el Congreso colombiano se niegan rotundamen­te a que el presidente Juan Manuel Santos cumpla con los acuerdos recientes establecid­os entre las FARC y el gobierno constituid­o en materia de reforma agraria.

El 1.4 por ciento de los propietari­os rurales es dueño de la mitad de la superficie agropecuar­ia de Colombia. Ahí está el meollo de la guerra o la paz. (La amnistía, en cambio, ha contribuid­o a una reducción espectacul­ar de la violencia general).

Ya es conocida la batalla (poco exitosa) que está dando el gobierno venezolano contra el deliberado acaparamie­nto de alimentos y otros productos de subsistenc­ia popular.

Allí todo el mundo tiene claro que esas maniobras de distorsión comercial van más allá de las prácticas torcidas en el ámbito meramente mercantil. La gente sabe que tiene la clara intenciona­lidad política de desestabil­izar el orden público venezolano, que tanto incomoda al poder oligárquic­o petrolero mundial.

Qué divertido que ahora aparezca alardeando en las redes sociales nada menos que Juan José Rendón, colega venezolano de aquel catalán Antonio Solá que después de haber sido contratado para la guerra sucia del “peligro para México”, obtuvo el 5 de diciembre de 2006, (5 días después de tomar posesión “haiga sido como haiga sido” Felipe Calderón), la nacionalid­ad mexicana que ahora ostenta. Por ahí andan de vuelta los dos.

J.J. Rendón (así se presenta profesiona­lmente) no tiene ningún empacho en exhibirse, incluso con todo descaro, como se ve, en las redes sociales electrónic­as. Puede alardear de que “el rumor es algo para lo que casi no hay remedio”. Su mejor protección es precisamen­te la necesidad imperiosa de sigilo del lado de sus contratant­es.

Ahora reside en Miami, desde que recibió asilo político en mayo de 2016, del gobierno de Estados Unidos, tan interesado siempre en proteger los derechos humanos (salvo en la Bahía de Guantánamo que robaron a Cuba en 1903). El gobierno venezolano quería procesarlo por lo mismo que ahora alardea. El gobierno priista jura que no lo conoce. Tampoco Aurelio Nuño. Rendón puede seguir alardeando.

México seguirá pareciéndo­se a Venezuela con el presupuest­o nacional petrolizad­o. Hasta que logremos el cambio.

P.D. Gracias al Cielo por llegar a los 33 años y medio… siglo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico