Ya es “imposible” seguir ignorando la blockchain
Activos cripto, con beneficios, coinciden especialistas en Davos
Financieras globales, ante el dilema de enfrentar esa tecnología, en la que muchas no confían, o unirse a quienes invierten en ella
Las grandes instituciones financieras del mundo luchan con el dilema de las criptomonedas: enfrentarse y denunciar la tecnología de la que muchos desconfían, pero a la que también temen, o unirse a los que invierten en ella.
Después del aumento en el valor combinado de mercado de las criptomonedas, que pasó de menos de 20 mil millones de dólares a más de 540 mil mdd, el fenómeno —y la tecnología blockchain que lo sustenta— para la clase dirigente del sector financiero se vuelve imposible de ignorar, a pesar de sus denuncias, sobre todo contra el bitcoin, como “un fraude”, “un índice de lavado de dinero”, y cosas peores. “Nos sentamos alrededor de esta mesa para tratar de decidir qué almuerzo nos vamos a comer”, dice Richard Crook, jefe de tecnología emergente del Royal Bank of Scotland. “Debido a que los beneficios de blockchain provienen de la descentralización, no tiene mucho sentido reemplazar una tecnología por otra sin cambiar el modelo de negocio”.
Blockchain es una tecnología de libro de contabilidad compartida que alimenta las criptomonedas, pero que también permite compartir datos codificados sobre cualquier cosa, desde dinero hasta registros médicos, entre empresas, personas e instituciones. Esto protege los datos contra un fraude mientras actualiza instantáneamente a todas las partes interesadas.
La amenaza que se cierne sobre las instituciones financieras es que la tecnología se basa en compartir una versión única de una base de datos a lo largo de múltiples partes sin que medie una entidad controladora. Como resultado, las bolsas de valores y las cámaras de compensación pueden dejar de ser intermediarios, mientras que las grandes casas de cambio de divisas, como JPMorgan y Citigroup, pueden perder si los bancos más pequeños comienzan a usar blockchain.
A la fecha, el debate enfrenta a las personas antisistema, que creen en el poder de la tecnología para eliminar muchas fallas del esquema financiero actual, con los principales líderes financieros, a los que les preocupa el dinero sucio y advierten a los inversionistas sobre una burbuja. Pero el gran temor de las instituciones financieras sobre perder cambió los términos de la discusión, que esta semana se traslada al Foro Económico Mundial en Davos, que realiza su primera sesión sobre “la burbuja de los activos cripto”.
Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, recientemente dijo que lamenta haber calificado al bitcoin como un fraude.
Adam Ludwin, director ejecutivo de Chain, que suministra sistemas blockchain a grupos financieros como Nasdaq, acepta muchas críticas sobre lo que llama activos cripto, entre otras cosas que son ineficientes, difíciles de aumentar, están sobrevalorados y llenos de incomprensión y mal gobierno. El valor del bitcoin tuvo una fuerte caída en las últimas semanas.
Pero Ludwin argumenta que los activos cripto tienen una gran ventaja sobre otros tipos de aplicaciones: su “resistencia a la censura”. Nada puede detener un pago en bitcoin porque se realiza entre dos partes sin una autoridad central de por medio.
Ludwin da el ejemplo de alguien que liquida una comida en Venmo, la aplicación estadunidense de pagos, y adjunta una nota que dice: “Gracias por una gran comida persa”, solo para que el pago lo detenga la oficina de cumplimiento del banco al tropezar con la palabra “persa”. Esto no podría ocurrir con bitcoin.
La mayoría de los bancos se niegan a tocar las criptomonedas, que plantean inquietudes contra el lavado de dinero debido a su anonimato. Los bancos de Reino Unido, por ejemplo, incluso llegan a negar hipotecas a personas que financian su depósito de compra mediante la venta de criptomonedas, lo que significa que no se puede rastrear su dinero.
Sin embargo, muchas grandes instituciones financieras invierten una gran cantidad de tiempo y dinero evaluando el potencial de la tecnología blockchain para mejorar una gama de actividades, desde los arreglos después de operaciones en los mercados financieros y los pagos transfronterizos hasta financiamiento de operaciones de comercio exterior y préstamos sindicados.
Ya hay señales de que la clase de activos cripto llegan a Wall Street, como la creación el mes pasado de contratos de futuros de bitcoin por parte de dos grandes bolsas de Estados Unidos: el CME y el Cboe. Goldman Sachs y Morgan Stanley autorizan estos contratos para sus clientes mientras evitan operar directamente con criptomonedas o las tienen bajo custodia para sus usuarios.
Mientras tanto, el interés de los inversores en las criptomonedas y las ofertas iniciales de monedas (ICO, por su sigla en inglés) que financian startups basadas en blockchain van en aumento.
El año pasado, las ICO recaudaron más de 3 mil 400 millones de dólares para ese tipo de startups en un mercado casi sin regulación que puede amenazar la recaudación de fondos a través de las ofertas públicas iniciales tradicionales. Telegram, la aplicación para enviar mensajes, planea recaudar este año 2 mil mdd en lo que perfilan como una ICO histórica.
Oliver Bussmann, ex director de información de UBS que asesora sobre ICO, dice que aún se margina a los bancos. “Los gerentes de activos cripto comienzan a acelerar como locos porque los bancos siguen quietos mientras aumenta la demanda de las oficinas familiares y otros grandes inversionistas”, dice.
Los bancos instan a los reguladores a abordar rápidamente las nuevas criptomonedas, al igual que las ICO. “No podemos negar que las cosas están cambiando”, dice Benoit Legrand, director de innovación del banco holandés ING. “En los próximos 10 años el banco incluirá criptomonedas en la forma como trabajamos. Pero necesita que esté regulado. Esto es absolutamente clave”.