Reflejan a las familias y las fiestas mexicanas en filme
Diana Bovio, protagonista de Hasta que la boda nos separe, considera que el público podrá identificarse con la historia y los personajes
Daniela y María están comprometidos y sueñan con una boda moderna a la orilla de la playa, pero el padre de la novia, Raúl, tiene otros planes, y desea que su hija tenga una ceremonia tradicional al estilo mexicano. Para darle gusto a todos, la pareja decide hacer dos bodas, pero tendrá que ser el mismo día. Esa es la premisa de Hasta que la boda nos separe, cinta protagonizada por Diana Bovio, quien habló sobre su participación en este filme dirigido por Santiago Limón y producido por Billy Rovzar.
La originaria de Monterrey, Nuevo León, señaló que su personaje “es una chava con la que yo me identifico de alguna manera porque es muy soñadora, y le hace mucha ilusión casarse y tener una boda como la había soñado, desde que era chiquita, desde que vio la película La Sirenita. Yo no estoy en ese extremo, pero sí me gusta fantasear, pero sí lo entendí muy bien, que junto con el director lo creamos de una manera muy orgánica”.
Consideró que el guion se apega a la realidad de cómo es una fiesta mexicana, lo que permitirá que el público vea reflejada a su propia familia en la película. “Muchas veces acá en México tenemos el deseo de hacer películas más a la idea de Hollywood y esta película dice no, vamos a hacerla con lo que sucede aquí, y es un reflejo exacto de nuestras bodas y nuestras familias”, puntualizó Bovio, quien comparte créditos con Héctor Holten y Gustavo Egelhaaf.
Bovio agregó que conoció al cineasta cuando hicieron microteatro en Veracruz. “Curiosamente habíamos interpretado a unos esposos, estábamos a punto de casarnos en esa obra, y reunirnos de nuevo con esta historia tan parecida en ese aspecto, haciendo de una pareja fue muy agradable, tenemos una química muy padre”.
La actriz aseguró que la filmación fue tan divertida como el resultado en la pantalla: “Vivíamos atacados de la risa durante el rodaje, cuando nos tocó trabajar con Adal Ramones y con Roberto Palazuelos fue increíble porque es gente súper talentosa y que tienen toda la experiencia del mundo y la verdad nos hicieron el trabajo mucho más fácil y disfrutable.
“En ningún momento se sintió como trabajo. Todo lo que pasa en la película es tan real, lo notas en la primera boda cómo nos divertíamos, el director cortaba escena y no nos dábamos cuenta de tan felices que estábamos, gritaba y nadie lo escuchaba, porque estábamos gritando y bailando”, finalizó.