Seguridad social universal acabará con 40% de la pobreza
La propuesta realizada en la mesa Prosperidad y Desigualdad del seminario ¿Y Ahora qué? México ante el 2018, fue tajante: nada de seguros médicos a medias, sino otorgar seguridad social universal “a todos los mexicanos por el hecho de serlos”, la cual garantice la cobertura completa de todas las enfermedades y una pensión de retiro de dos salarios mínimos, entre otras prestaciones.
Al quitar esta carga de los ciudadanos que no gozan de seguro social o similar se resolverá entre 30 y 40 por ciento de la pobreza en el país, argumentó Fausto Hernández Trillo, doctor en Economía e investigador del CIDE, quien reconoce que su propuesta se topa con frecuencia con expresiones de asombro y duda, y hay quienes reviran con cifras: el costo de tal empresa sería enorme.
Hernández Trillo plantea la solución completa: el recurso se obtendría a partir de aumentar impuestos, en concreto el I.V.A., propuesta que reconoce causa una “resistencia casi inmediata”, tan impopular en tiempos electorales que cualquier candidato prefiere eludirla aunque la explicación del investigador es contundente: un determinante de la pobreza son los gastos catastróficos, que siguen ahogando a cientos en este país.
Una mayor tasa impositiva resuelve la cobertura universal de seguridad social y en consecuencia reduce la pobreza: “Satanás puede ser algo bueno para este país”, señaló Fausto Hernández, arrancando risas y… nervios.
Luis Rubio del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales y de México Evalúa-CIDAC destacó que pese al asistencialismo y los 6,300 programas que en ese sentido ha tenido este país no se reduce la desigualdad. Y las “pocas personas que salen de pobreza son sólo por remesas que llegan del exterior”.
Añadió que los programas asistenciales son clientelares, usados para generar lealtad. Muchos de los problemas del país tienen que ver con decisiones cuyos fines no son altruistas, sino clientelares, por lo que un reto es “reducir la discrecionalidad institucionalizada”.
Para Valeria Moy, de la organización México ¿Cómo vamos? la infraestructura es otro determinante que incide sobre la pobreza y la desigualdad. Expuso que las diferencias regionales en México han sido generadas por la falta de esta infraestructura y eso ha derivado en “mucha molestia social”.
Expuso que el sur del país no puede conectarse al nivel de desarrollo del norte y El Bajío, porque no tiene infraestructura, y ejemplificó que en Chiapas, un ferrocarril que corre a 30 kilómetros por hora es lo que ganó en el sexenio el transporte de carga (ante corría a 10 km/hora). “No es que el sur se haya rezagado... hemos generado esa desigualdad… Hoy, o lo conectamos o tendremos un problema económico y social”, dijo.