El Cuau contra la Cuarta

Esta hegemonía del movimiento que encabeza López Obrador en el Legislativo y legislativos locales no tiene solo que ver con la cantidad de votos, sino con la calidad de los votos.

Muchas de las cosas que hemos visto en estas semanas, algunas declaraciones contradictorias de parte de diferentes personajes de Morena y el gobierno, o las broncas o desatinos en el Congreso, tienen que ver con lo mismo.

Me refiero a que la inmensa mayoría de ellos sabe que están ahí por AMLO. Por lo que él construyó, por lo que representa como figura frente al electorado. El de Morena fue un triunfo personalísimo que arrastró a muchos a lugares que de otra manera no hubieran imaginado. Ese acomodo necesario entre personajes y fuerzas distintas hoy bajo un mismo liderazgo será una fascinante historia política en los próximos años.

Hay algunas excepciones, por supuesto, pero ninguna como la de Cuauhtémoc Blanco.

Blanco iba a ser gobernador de Morelos con o sin Morena, con o sin el PES. Como antes había sido alcalde de Cuernavaca con un partido que no importaba. El fenómeno del Cuau y la política electoral es otra cosa. No es una cosa muy alentadora, pero por otra cosa que no tiene que ver con gobernar.

En su tiempo de alcalde no pasó nada en Cuernavaca más que sus peleas, primero con el partido que lo postuló, después con el gobernador Ramírez, nada mejoró en Cuernavaca, no hay un hecho por lo que se le recuerde. Su popularidad no bajó.

Y Blanco, o quienes rodean a Blanco, saben muy bien que, aunque agradecen que Morena los haya acompañado en la aventura, este asunto les pertenece.

Y entonces, la presidenta de Morena, acostumbrada en estos tiempos a que todo mundo haga lo que ella manda, se topó con el Blanco, y estalló en ira.

Este es el tamaño de su exigencia: “Ha sido para mí muy penosa la situación de Morelos, lo sabe Hugo Éric (presidente del PES). Yo hubiera esperado del futbolista que le hubiera dicho a Rabin (Rabindranath Salazar) ‘aquí está el Estado, qué quieres, sé tú el secretario de Gobierno, la mitad de los cargos son para Morena, la mitad para nosotros’, tristemente esto no ha sucedido”.

Luego llamó al ex representante de futbolistas convertido en el hombre fuerte de la política morelense El españolete.

Entiendo cómo anda el ego de Yeidckol Polevnsky, pero que no se equivoque. El Cuau es otra cosa.

Pobre Morelos.