Huye de los maras; pretende radicarse en Guadalajara
Cada mañana, Mario Enrique García Ortiz acude al comedor de la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Tiene 25 años y desde hace un año abandonó su tierra natal: Guatemala.
A diferencia de otros paisanos, ha corrido con suerte porque ha tenido trabajo en un par de ocasiones, sin embargo la falta de papeles le impide obtener estabilidad laboral.
“Estaba trabajando de guardia de seguridad en una tienda de telas en Chapultepec y luego en Santa Tere, pero ahorita no tengo trabajo, nomás me dejaron una temporada, pero después ya no”, lamentó, al revelar que le gustaba trabajar de policía.
Ahora Mario quiere y buscará radicar de manera definitiva en Guadalajara. “Me gustan sus muchachas que tiene, son bonitas, también tiene bonitos lugares y gente, son buenas personas”, refirió.
Dijo que el pasado lunes, acudió a una oferta de trabajo pero “me pedían papeles, saber manejar, pero no sé, pero tengo disposición”.
En el área metropolitana de Guadalajara, aseguró, hay “varios” guatemaltecos, pero “estamos regados”.
¿Por qué dejaste Guatemala?, se le preguntó mientras comía frijoles y mole verde. “Por tanta delincuencia, haz de cuenta que si trabajas, trabajas para los mareros (Mara Salvatrucha), y pues no”, respondió.
Hace un año abordó el tren. Unos tramos los caminó. “En la bestia (ferrocarril) y así. A veces hacia un día para caminar a un pueblito hasta que llegué a Guadalajara”.