Ni piedra sobre piedra... ni coma sobre coma
Que no quede piedra sobre piedra. Así fue la orden que el emperador romano Nerón dio al general Tito Flavio Vespasiano cuando le ordenó destruir Jerusalén como castigo por un agravio que los judíos hicieron contra su representante en esa ciudad.
Una orden similar, que no quede ni una coma, es la indicación que el presidente electo ha dado al diputado morenista Mario Delgado de echar abajo la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto. “Se va a cumplir el compromiso de campaña de echar abajo la reforma educativa y no va a quedar ni una coma de la reforma”, explicó ayer el legislador ante medios de comunicación.
Y sí. Todo indica que la nueva mayoría en la Cámara de Diputados destruirá la Reforma Educativa, y en su lugar colocará una nueva ley en la materia, aunque no quede del todo claro aún el detalle de la propuesta de Andrés Manuel López Obrador y su equipo.
Hay en las palabras de Mario Delgado, sin embargo, mucho desdén. Suena la frase del legislador a un espíritu de venganza, o castigo ejemplar contra la todavía administración de Enrique Peña Nieto.
Me pregunto: ¿es necesario arrasar la ley educativa para colocar una nueva? ¿De veras nada de lo hecho hace unos años sirve? ¿Ni siquiera una coma?
Quiero pensar que algo de positivo tuvo el cambio al sistema educativo que encabezó Peña Nieto, y que contó con el respaldo del PRI, PAN y PRD. Algo. Aunque sea un poco. No concibo que un proceso tan grande realmente no sirva ni tantito.
Se puede discutir si la Reforma Educativa fue un cambio en la manera de trabajar los métodos de aprendizaje, o si fue una simple reforma laboral hacia los profesores. Tal vez la multicitada reforma no cumple con lo que México necesita, pero me parece que destruir por completo algo no siempre es lo más conveniente.
El problema con lo que viene en materia educativa es que Andrés Manuel López Obrador centró mucha de su campaña en la promesa de eliminar por completo la reforma, y lo hizo para ganar el voto de millones de profesores en todo el país. En lo personal conozco a maestros que reconocen que votaron por AMLO atraídos por la promesa de cancelar de inmediato las leyes que nunca les gustaron. Y López Obrador debe cumplir su promesa para no perder la simpatía de uno de los grupos más numerosos y poderosos de México en materia sindical.
Así que no debemos extrañarnos de que desaparezcan la Reforma Educativa. Pero insisto: ¿de veras ni una coma de esa reforma sirve para algo?
El banquillo
Pregunta.- ¿Alguien va a extrañar a Nueva Alianza o al Partido Encuentro Social?