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el retraso en la asignación de curules en el Palacio de San Lázaro impidió ayer votar la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos en el tablero electrónico, por lo que se tomó de viva voz sufragio por sufragio, en un prolongado trámite de 65 minutos. Y es que los diputados de la coalición Juntos Haremos Historia aprovecharon para acompañar su voto con las consabidas arengas lopezobradoristas, llegando a extremos como el de María Rosete, del PES, quien clamó un “gracias a Dios y a López Obrador la transformación llegó”, o Esther Mejía, de Morena, que invadida de emoción votó entre sollozos y un “no vamos a defraudar a nuestro país”. ¡Zas!