Abusos sexuales y diplomacia vaticana
Aprincipios de la década pasada, el periódico de The Boston Globe dio a conocer los resultados de una investigación periodística que, por primera vez, revelaba a la opinión pública los miles de casos de violaciones sexuales cometidas por cientos de sacerdotes católicos.
Durante la década pasada, al mismo tiempo que se hacían públicas las violaciones en todo el mundo, la Santa Sede presentaba ante los órganos de derechos humanos creados en función de los tratados internacionales, sus informes –inicial y periódicos- sobre diversos instrumentos internacionales. De manera particular, el Comité de Derechos del Niño (CDN) recibió los informes, conoció diversa información de varios organismos no gubernamentales en torno a la sistemática complicidad y encubrimiento realizado por las más altas instancias eclesiásticas católicas y se careó con la diplomacia vaticana. El
25 de febrero de 2014, el CDN publicó las “Observaciones finales sobre el segundo informe periódico de la Santa Sede”. Entre otros “principales motivos de preocupación y recomendaciones”, rescato las que demuestran cómo la Santa Sede se ha burlado de los órganos de Naciones Unidas, de sus propios fieles y de la opinión pública, ignorando de manera consciente toda recomendación emitida por el CDN.
“El Comité lamenta que la mayoría de las recomendaciones que figuran en sus observaciones finales de 1995 sobre el informe inicial de la Santa Sede
(CRC/C/15/Add.46) aún no se hayan aplicado plenamente. “… el Comité exhorta enérgicamente a la Santa Sede a: […] Separar inmediatamente del cargo a todas las personas de las que se sabe o sospecha que han cometido abusos sexuales de niños y remitir la cuestión a las autoridades pertinentes encargadas de hacer cumplir la ley para la investigación y enjuiciamiento […] Modificar el derecho canónico para que el abuso sexual de los niños se considere un delito y no una simple infracción moral y que se deroguen todas las disposiciones que podrían imponer la obligación de guardar silencio a las víctimas y a todas las personas que tienen conocimientos de estos delitos …” Además de lo anterior, “… el Comité exhorta a la Santa Sede a que: a) Elabore procedimientos pormenorizados para identificar cuanto antes a los niños víctimas de abuso sexual y de otras formas de abuso; […] d) Indemnice a las víctimas de abusos sexuales cometidos por particulares e instituciones que dependen de la autoridad de la Santa Sede sin imponer ninguna obligación de confidencialidad o de silencio a las víctimas y establezca un régimen de indemnizaciones para las víctimas […]”
Este documento revela de manera dramática cómo la diplomacia vaticana actúa y trabaja para encubrir lo que hoy vuelve a publicarse y ser del dominio público. Una a una, las historias parecen ser las mismas en Chile, Argentina, Alemania, España, México, Estados Unidos, Irlanda. Una a una, estas historias nos demuestran que la estrategia del Vaticano apunta al olvido, al paso del tiempo, a ignorar y a guardar silencio en torno a estos temas.