Independencia
Hoy, aniversario 208 del inicio de la gesta por la independencia nacional, los mexicanos tenemos el desafío de comprender cómo se puede ser independientes en un mundo “globalizado”, el cual reclama relaciones de toda índole entre las naciones y exige decisiones conjuntas que implican reducir posturas nacionalistas y asumir posturas internacionalistas.
En los últimos meses el gobierno mexicano, a través de sus representantes, ha estado en negociación para acordar nuevas reglas para el comercio entre nuestro país, Canadá y los Estados Unidos de América. Estos hechos, observados desde una plataforma lejana, se ven con una contradicción central: negociamos normas para acordar “libre comercio” ¿Cómo se entiende? ¿Es libre o es con base a normas? ¿Somos independientes, es decir, nos bastamos por nosotros solos o necesitamos de los otros a tal grado que aceptamos nos exijan normas para hacer comercio común? Bueno, dirá el defensor del tratado normativo, es necesario un acuerdo trilateral entre las naciones para beneficiar a la nación; existen productos nacionales que se venden mejor en otros países, es decir, lo que producimos conviene venderlo allá, “ganamos más.”
Difícil comprender para un independentista eso de “producir aquí para vender allá”. ¿Por qué no producimos lo que aquí necesitamos? Podríamos comprarlo, sin fijarnos en “ganar más” sino en producir satisfactores para los mexicanos. ¡Ah! dirá el globalifílico, se trata de tener un México “abierto al mundo”, capaz de aprovecharse de lo que otros países producen; así, con “comercio libre” nos los venderán y los mexicanos tendrán una mayor oferta para satisfacer “nuestra” demanda nacional.
Aceptemos sin conceder la importancia de hacer del mundo un gran centro comercial donde todos los países ponen sus productos y los interesados compran lo que desean. Un comercio normado por acuerdos independientes de las leyes nacionales. Por tanto, surge una cuestión vital: ¿Cualquier mexicano productor de lo que sea, puede tener su espacio en ese gran centro de “libre comercio”? Si es “libre comercio” cualquier nacional podría estar ahí. ¡Oh! Qué pena. No. Sólo aquellos cuyo producto sea explícitamente querido por los otros países.
Así es. Comercio normado y sólo para unos cuántos. ¿Dónde quedo lo “libre e independiente”? A 208 años, ¿será necesario otro “grito” de independencia?