¡Dámelo, Karime, dámelo!
He conocido a mujeres que han sabido bien cómo administrar a sus maridos, de entre ellas a varias esposas de grandes artistas que cuidaban cada pieza, cada obra, cada cuadro, incluyendo esos dibujos que luego de ser regalados por el creador, te los arrebataban a la salida para que no se fueran a malbaratar. Esos actos que algunos podrían tomar como mezquinos eran en realidad una manera de defender el legado, la productividad y la generación de dividendos. Así me imagino a Karime Macías, tratándole de sacar jugo a las habilidades de Javidú para el atraco en despoblado e invertir de buena manera los márgenes de ganancia. A lo mejor Duarte era bueno para el atraco pero malo para la inversión que consolidara la abundancia a plazo fijo; y ahí es donde su media naranja entraba al quite para diseñar una reingeniería financiera que, luego de ser pasados por lavanderías y paraísos fiscales, produjera pingües beneficios para salir de pobres.
Por eso doña Karime se compró un depa en Miami después de haber leído el New Yorker en el Metro (qué se me hace que adentro traía el TV Notas), porque mereció abundancia.
Lo que uno se pregunta es por qué una chica como Karime, medio intelectual, invertiría 7 millones de dólares para comprar un departamento de interés sensual del Infonavit en la Florida, a menos que se quisiera encontrar a la Barrales en el súper, o a La Gaviota instalada en el shopping o Pitbull gritando en las playas su clásico “¡Dámelo, nena, dámelo!”.
Muchos exigen, como Yunes, que está más preocupado por Karime que por el milagro de la reproducción de las narcofosas en Veracruz, que la doña sea extraditada. Otros dicen que mejor no, que porque seguro Amlove la va a perdonar. No sé, pero esto parece una jugada interesante: si El Peje insinúa que lo de Chayito Robles es un circo y que es un chivo expiatorio, de pronto hasta los más acérrimos defensores de la señora —que nunca la tocaron ni con el pétalo de una columna—, ni siquiera cuando aparecieron las investigaciones de la estafa maestra, piden su cabeza. Bueno, los medios que ni siquiera se tomaron la molestia de tocar el tema y hasta defendieron a la Chayo ahora la investigan hasta por debajo de la lengua, con tal de llevarle la contra al Peje.
Baia baia.
Así que Karime, no te confíes, no te vayan a agarrar los sheriffs al estilo tabajqueño.
Si hay un tráiler paseándose con cuerpos putrefactos, mientras el gobierno se hace como el tío Lolo, todo es posible.