Industriales reprueban nuevo golpe arancelario
Dicen que son un impuesto a las familias
Contenedores esperan en Shanghái; el consejo empresarial de Estados Unidos representa a 200 firmas en el país asiático.
Reprochan grupos comerciales de EU que fueron ignorados por Washington; presentaron un análisis sobre los estados afectados y el número de empleos en riesgo
La nueva ronda de aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre productos chinos tendrá su mayor impacto hasta después de la crítica temporada de ventas navideñas de minoristas estadunidenses y no afecta a algunos negocios, entre ellos los relojes inteligentes y las periqueras, sin embargo, el sector corporativo de EU criticó las tarifas como costosas y contraproducentes.
Las asociaciones comerciales más grandes de Washington pasaron meses intensificando las campañas contra la escalada de una guerra comercial, identificando estado por estado del corazón de EU cuántos trabajos y dólares de exportación estaban en riesgo. En audiencias públicas, propietarios de pymes que producen todo tipo de cosas, de redes de pesca a cajones de madera, instaron a Washington a reconsiderar, pero Trump no prestó atención al coro. “Como miles de empresas testificaron y explicaron en comentarios a la administración, los aranceles son un impuesto a las familias estadunidenses”, lamentó el presidente de la National Retail Federation (Federación Nacional de Minoristas) Matthew Shay, tras el anuncio del arancel de 10 por ciento sobre 200 mil millones de dólares de importaciones chinas. Fue una “decepción” que Washington ignorara las voces de a quienes afecta, dijo.
Gary Shapiro, líder de la Consumer Technology Association (Asociación de Tecnología de Consumo), dijo que su sector aprecia la exención de algunos dispositivos conectados pero que aún le preocupa el impacto sobre los ensambles de circuitos impresos, enrutadores y equipo de redes.
Los aranceles tampoco fueron efectivos, y posiblemente son ilegales. “El Congreso no le dio al presidente ni al representante comercial de EU un cheque en blanco para una guerra comercial”.
La Ley de Comercio de 1974 dice que el presidente debe consultar con el sector privado y “debe tomar la asesoría recibida” al establecer la política comercial, repitió en Twitter John Murphy, vicepresidente senior de política internacional de la Cámara de Comercio de EU.
Varios grupos empresariales de EU apoyan la idea de presionar a China para que abra sus mercados a las importaciones estadunidenses y se le penalice por infringir la propiedad intelectual, pero no está de acuerdo con las tácticas de Trump.
“La administración identificó de forma correcta el problema real de las prácticas comerciales discriminatorias de China. Pero la imposición unilateral de aranceles es la forma equivocada de lograr reformas reales”, dijo la Business Roundtable, que insta a Washington a trabajar con sus aliados para impulsar las reformas a largo plazo en China.
Craig Allen, del Consejo Empresarial de EU-China, que representa a cerca de 200 empresas estadunidenses que hacen negocios con China, dijo que el enfoque en el acceso al mercado, los derechos de propiedad intelectual y la transferencia de tecnología es el correcto, pero que el uso de aranceles es “contraproducente”.
Tom Donohue, presidente de la Cámara, está de acuerdo en que EU tiene “temas serios que resolver con China sobre el acceso al mercado, subsidios desleales, robo de tecnología y seguridad cibernética”, pero expresó su consternación porque la administración no hizo caso de las advertencias de las presidente un cheque en blanco para una guerra comercial”: Gary Shapiro equivocada de lograr reformas reales”, dice la Business Roundtable empresas estadunidenses sobre el aumento de los costos y la pérdida de puestos de trabajo.
Antes de anunciar las últimas medidas, Trump restó importancia al grado en que los aranceles aumentan los precios y tuiteó que “los aumentos de costos hasta el momento han sido casi imperceptibles”. Sin embargo, empresas, desde Coca-Cola hasta Whirlpool, anunciaron alzas de precios, expresando su confianza en la sólida economía permita trasladar la carga a los clientes.
“No podemos permitirnos una mayor escalada, especialmente con la temporada de compras navideñas a la vuelta de la esquina”, dijo Shay. La decisión de la administración “no tomó el camino que esperábamos”, dijo el martes el jefe de Macy’s, Jeff Gennette, en una conferencia de CNBC: “Vamos a ver cómo votan los clientes sobre esto”.
Algunos grupos dijeron que la mayor disrupción llega por la incertidumbre que se produce dada la disputa comercial. “Con cada día que pasa sin avances en un acuerdo bilateral con China que se base en reglas, eleva el potencial de que los fabricantes y los trabajadores de la industria resulten perjudicados”, dijo la National Association of Manufacturers (Asociación Nacional de Fabricantes). “Ahora es el momento de hablar, no solo de aranceles”.
La escalada de tensiones comerciales se produce al comienzo de la temporada de presentación de resultados en EU, cuando se espera que las empresas expliquen el impacto en sus ganancias y panorama. FedEx, el servicio de paquetería considerado un referente de la confianza empresarial global, dijo que empieza a ver una actividad económica “moderada” en China como resultado de las tensiones.
Horas antes de que Trump anunciara los aranceles más recientes, Fred Smith, presidente y director ejecutivo de FedEx, dijo a los analistas que la disputa comercial entre Estados Unidos y China era “preocupante para todos... porque la historia es muy, muy clara, de que los países que persiguen los mercados más abiertos son los que más prosperan”.