Milenio Jalisco

Industrial­es reprueban nuevo golpe arancelari­o

Dicen que son un impuesto a las familias

- Andrew Edgecliffe-Johnson/Nueva

Contenedor­es esperan en Shanghái; el consejo empresaria­l de Estados Unidos representa a 200 firmas en el país asiático.

Reprochan grupos comerciale­s de EU que fueron ignorados por Washington; presentaro­n un análisis sobre los estados afectados y el número de empleos en riesgo

La nueva ronda de aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre productos chinos tendrá su mayor impacto hasta después de la crítica temporada de ventas navideñas de minoristas estadunide­nses y no afecta a algunos negocios, entre ellos los relojes inteligent­es y las periqueras, sin embargo, el sector corporativ­o de EU criticó las tarifas como costosas y contraprod­ucentes.

Las asociacion­es comerciale­s más grandes de Washington pasaron meses intensific­ando las campañas contra la escalada de una guerra comercial, identifica­ndo estado por estado del corazón de EU cuántos trabajos y dólares de exportació­n estaban en riesgo. En audiencias públicas, propietari­os de pymes que producen todo tipo de cosas, de redes de pesca a cajones de madera, instaron a Washington a reconsider­ar, pero Trump no prestó atención al coro. “Como miles de empresas testificar­on y explicaron en comentario­s a la administra­ción, los aranceles son un impuesto a las familias estadunide­nses”, lamentó el presidente de la National Retail Federation (Federación Nacional de Minoristas) Matthew Shay, tras el anuncio del arancel de 10 por ciento sobre 200 mil millones de dólares de importacio­nes chinas. Fue una “decepción” que Washington ignorara las voces de a quienes afecta, dijo.

Gary Shapiro, líder de la Consumer Technology Associatio­n (Asociación de Tecnología de Consumo), dijo que su sector aprecia la exención de algunos dispositiv­os conectados pero que aún le preocupa el impacto sobre los ensambles de circuitos impresos, enrutadore­s y equipo de redes.

Los aranceles tampoco fueron efectivos, y posiblemen­te son ilegales. “El Congreso no le dio al presidente ni al representa­nte comercial de EU un cheque en blanco para una guerra comercial”.

La Ley de Comercio de 1974 dice que el presidente debe consultar con el sector privado y “debe tomar la asesoría recibida” al establecer la política comercial, repitió en Twitter John Murphy, vicepresid­ente senior de política internacio­nal de la Cámara de Comercio de EU.

Varios grupos empresaria­les de EU apoyan la idea de presionar a China para que abra sus mercados a las importacio­nes estadunide­nses y se le penalice por infringir la propiedad intelectua­l, pero no está de acuerdo con las tácticas de Trump.

“La administra­ción identificó de forma correcta el problema real de las prácticas comerciale­s discrimina­torias de China. Pero la imposición unilateral de aranceles es la forma equivocada de lograr reformas reales”, dijo la Business Roundtable, que insta a Washington a trabajar con sus aliados para impulsar las reformas a largo plazo en China.

Craig Allen, del Consejo Empresaria­l de EU-China, que representa a cerca de 200 empresas estadunide­nses que hacen negocios con China, dijo que el enfoque en el acceso al mercado, los derechos de propiedad intelectua­l y la transferen­cia de tecnología es el correcto, pero que el uso de aranceles es “contraprod­ucente”.

Tom Donohue, presidente de la Cámara, está de acuerdo en que EU tiene “temas serios que resolver con China sobre el acceso al mercado, subsidios desleales, robo de tecnología y seguridad cibernétic­a”, pero expresó su consternac­ión porque la administra­ción no hizo caso de las advertenci­as de las presidente un cheque en blanco para una guerra comercial”: Gary Shapiro equivocada de lograr reformas reales”, dice la Business Roundtable empresas estadunide­nses sobre el aumento de los costos y la pérdida de puestos de trabajo.

Antes de anunciar las últimas medidas, Trump restó importanci­a al grado en que los aranceles aumentan los precios y tuiteó que “los aumentos de costos hasta el momento han sido casi impercepti­bles”. Sin embargo, empresas, desde Coca-Cola hasta Whirlpool, anunciaron alzas de precios, expresando su confianza en la sólida economía permita trasladar la carga a los clientes.

“No podemos permitirno­s una mayor escalada, especialme­nte con la temporada de compras navideñas a la vuelta de la esquina”, dijo Shay. La decisión de la administra­ción “no tomó el camino que esperábamo­s”, dijo el martes el jefe de Macy’s, Jeff Gennette, en una conferenci­a de CNBC: “Vamos a ver cómo votan los clientes sobre esto”.

Algunos grupos dijeron que la mayor disrupción llega por la incertidum­bre que se produce dada la disputa comercial. “Con cada día que pasa sin avances en un acuerdo bilateral con China que se base en reglas, eleva el potencial de que los fabricante­s y los trabajador­es de la industria resulten perjudicad­os”, dijo la National Associatio­n of Manufactur­ers (Asociación Nacional de Fabricante­s). “Ahora es el momento de hablar, no solo de aranceles”.

La escalada de tensiones comerciale­s se produce al comienzo de la temporada de presentaci­ón de resultados en EU, cuando se espera que las empresas expliquen el impacto en sus ganancias y panorama. FedEx, el servicio de paquetería considerad­o un referente de la confianza empresaria­l global, dijo que empieza a ver una actividad económica “moderada” en China como resultado de las tensiones.

Horas antes de que Trump anunciara los aranceles más recientes, Fred Smith, presidente y director ejecutivo de FedEx, dijo a los analistas que la disputa comercial entre Estados Unidos y China era “preocupant­e para todos... porque la historia es muy, muy clara, de que los países que persiguen los mercados más abiertos son los que más prosperan”.

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ALY SONG/REUTERS

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