La mitad de los grupos porriles, en tres CCH
Los colectivos son utilizados para evitar que haya activismo político
Los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) planteles Naucalpan, Azcapotzalco y Vallejo son considerados el bastión de al menos 14 de los 34 grupos porriles que existen en los distintos planteles de nivel medio superior de la UNAM, lo que ha propiciado que la zona inclusive ya sea conocida entre la comunidad como el Triángulo de las Bermudas.
Estos planteles localizados en las zonas limítrofes de las alcaldías de Gustavo A. Madero y Azcapotzalco en la capital, y Naucalpan, en el Estado de México, son identificados con ese mote dado que es ahí donde radican los principales líderes de estos grupos de choque y donde se formaron algunas de las organizaciones más “añejas”.
El narcomenudeo, la venta de bebidas alcohólicas, los asaltos y el cobro de derecho de piso son algunas de las concesiones que obtienen de parte de sus “patrocinadores políticos”, a cambio de mantener el orden en los planteles.
De acuerdo con información conocida por la comunidad universitaria y confirmada con fuentes dentro de la institución, la distribución de los distintos grupos de choque en la UNAM es la siguiente:
CCH Azcapotzalco: Federación Estudiantil de Universitarios, Alianza Universitaria, Vándalos, Porra Estudiantil Universitaria, Grupo Alfonso Peralta, Grupo Estudiantil Azcapotzalco, Grupo Rebel, 24 de Enero, 11 de Septiembre, 7 de Noviembre y 13 de Diciembre.
CCH Vallejo: 3 de Marzo y Comitiva Oro, y la Federación de Estudiantes Naucalpan, en Naucalpan. En el CCH Sur se ha detectado al Grupo Estudiantes del Sur y en el Oriente al 3 de Abril, La Onda y Arremangados.
Es su ubicación una de las causas para que estas escuelas sean consideradas como un bastión porro, pues es un lugar donde transita parte de la población flotante que viaja del Estado de México a Ciudad de México y la mayoría pertenece a los extractos socioeconómicos más bajos, que la hace presa fácil, no solo para ser reclutada por los grupos porriles, sino para cualquier organización delictiva.
Hugo Sánchez, investigador de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, aseguró que estos tres planteles han fungido desde su creación como los lugares donde se reclutan, organizan y agrupan porros. El principal objetivo de los porros que conforman esta triada es mantener el orden en los planteles, es decir, “que no haya activismo político de la comunidad, que los estudiantes afines a la izquierda no se organicen y que tampoco cuestionen a la autoridad universitaria ni sus procesos políticos”, explicó.
Para mantener cerca de los planteles a estos individuos sus patrocinadores los hacen pasar como estudiantes a los que inscriben a clases y les otorgan una credencial. “Están matriculados e incluso, aunque nunca entren a clases, siempre aprueban”, detalló.
En Ciudad Universitaria se tiene identificada la presencia de grupos de choque en las facultades de Derecho, Ingeniería y Economía, además de las facultades de Estudios Superiores Aragón, Iztacala, Cuautitlán y Acatlán.
El principal problema no es que estén registrados como alumnos, sino que además dentro de la legislación universitaria no existe la figura jurídica del “porro”, por lo que no se pueden denunciar ni combatir, lo que genera impunidad que “ha causado tanto daño a la universidad en 80 años”.
En el contexto del reciente ataque en la explanada de Rectoría, por parte de grupos porriles contra estudiantes que se manifestaban pacíficamente el 3 de septiembre, el investigador asegura que esto es “fruto de la impunidad, ya que han sido utilizados políticamente por décadas y mientras lo sigan siendo, ahí van a continuar”.
El doctor por la UNAM afirmó que una de las formas en la que estos grupos legitiman su poder es a través del miedo infundido a jóvenes, profesores y vendedores ambulantes de la zona, utilizando la violencia psicológica, física y verbal como herramientas de coacción.
Por esa razón al momento de reclutar eligen a los más agresivos, físicamente rudos y que sepan pelear. “Tienen que reunir tres rasgos que es saber golpear, no intimidarse y obedecer órdenes de violencia sin tenerle miedo a las consecuencia”, describió el docente.
m