Recibe Premio Donostia
El cineasta japonés recordó a su “musa”, la actriz Kirin Kiki, recientemente fallecida, al recibir el galardón en el marco del Festival de San Sebastián
ElrealizadorjaponésHirokazu Kore-eda se emocionó hasta las lágrimas al recoger su Premio Donostia, con una mezcla de alegría y de tristeza, dijo, al recordar a su “musa” recientemente fallecida, la actriz octogenaria Kirin Kiki, y por los calurosos aplausos del público.
Cuando las lágrimas se lo permitieron, bromeó con el hecho de que, a sus 56 años, cree que aún le falta por vivir la mitad de su carrera: “Lo agradezco mucho, soy consciente de que no me lo volverán a dar en mi vida”, dijo, provocando la risa del público, que se disponía a ver su última cinta, Shoplifters.
Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes, certamen que otorgó este año su máximo galardón al japonés, afirmó que el público es la seña de identidad de ambos festivales y la “prueba de que el cine está vivo”, a pesar de las nuevas ventanas de distribución de cine por internet.
Pero fue el director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos quien presentó a “un amigo que se ha ganado nuestro corazón”, y celebró que Kore-eda “redondee el año” con este premio tras atesorar la Palma de Oro.
El realizador japonés lleva años presentando sus películas en San Sebastián. En 1998 optó a la Concha de Oro por primera vez con su segunda película, After life, y ha competido por ella tres veces: con Hanna, en 2006; Still walking, en 2008, y Milagro (Kiseki), en 2011.
Esta última le dio su primer premio de guion y después se llevó el preciado reconocimiento del público: Like father like son (2013) y Our little sister (2015).
Antes de la ceremonia, el director desveló en una rueda de prensa que está preparando su primera película fuera de Japón, en Francia, y con actores europeos, entre ellos, Juliette Binoche y Catherine Deneuve. “Empezamos a filmar en octubre, es un proyecto que nació porque voy a muchos festivales y me encuentro con muchas propuestas; afronto este proyecto con mucha ilusión y espero estar a la altura de estos actores”, señaló.
Al finalizar la gala, celebrada en el teatro Victoria Eugenia, se proyectó su última película Shoplifters, que se verá en el festival en la sección Perlas, lo que la convierte una vez más en candidata a ganar el premio del público.
Filmes atrevidos
San Sebastián aplaudió a los actores Darío Grandinetti y Alfredo Castro nada más terminar la proyección de Rojo, la cinta con la que Benjamín Naishtat compite por la Concha de Oro, y que es un atrevido relato de la complicidad civil durante la dictadura argentina.
La película, ambientada en los años 70 en la Argentina burguesa que vivía los años previos al golpe militar que derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, recorre el mismo camino de silencios que acompaña a sus protagonistas, un abogado de prestigio (Grandinetti) y un detective famoso con programa en la tele (Castro).
Una muerte violenta, unos colegiales que ensayan una obra de teatro, Camilo Sesto y Los Diablos en la banda sonora y un eclipse de sol que deja el cielo rojo, se mezclan en un extraño y atrevido ejercicio cinematográfico que culmina en el desierto, en un enorme combate actoral entre los dos grandes maestros latinoamericanos.
Con Yuli, un biopic donde el bailarín cubano Carlos Acosta se interpreta a sí mismo, la española Icíar Bollaín entró en liza en el festival, en que se firmó una carta para promover una mayor presencia femenina en el cine.
El público vio desfilar en la gran pantalla la vida entera de Acosta, de 45 años. La abundancia de temas es exuberante: la soledad, la insistencia de su padre Pedro y su maestra para que persistiera, los problemas familiares, el éxito, el racismo y el castrismo.