Sergio Mayer y la cultura
Primero déjenme decirles que estoy harta. Por años cubriendo la fuente de espectáculos, buscando un poco de dignidad para esta fuente que amo tanto, omití en más de una ocasión subirme al tren que hablaba de los escándalos personales de Belinda, Kate del Castillo y sí, Sergio Mayer, entre otros.
Ahora me tengo que pelear esas notas con política. Está bien, ya no son dramas personales, son mucho peores, porque afectan en muchos de los casos el proceder de los temas de agenda de nuestra nación.
Está bien, puede parecernos de ínfimo gusto ver a las hijas del actual presidente Peña Nieto y de su esposa (alguna vez actriz) Angélica Rivera posando como alta sociedad en la revista Quién. Podemos poner tuit tras tuit reiterando lo poco que parecen darse cuenta de la sensibilidad de la gente. Y tendremos razón, ¿pero de verdad podemos decir que esos tiempos han terminado?
Miren, en lugar de enloquecer a gritos con solo imaginar la idea de Sergio Mayer a cargo de la cultura en la Cámara de Diputados les voy a contar lo que he vivido de primera mano y entien- do por haber seguido esta fuente los últimos 20 años. Y sobre todo los últimos 12 meses.
Primero, por más que sea una obviedad decirlo, hay que ser claros: la fama no es de ninguna manera equivalente a la cultura. En ocasiones hasta es su némesis, porque se sacrifican cosas de sustancia a cambio de un buen negocio. Eso ya es decisión de cada quien si estamos hablando del sector privado. Que optan por consumir. No es el caso en el gobierno.
Yo no juzgo a Sergio Mayer por haber hecho Solo para mujeres. Tal vez lo hacía cuando era más joven, pero entiendo bien que como empresario vio un fantástico nicho y lo llenó muy bien con su socio. Y no, eso no es cultura. Pero hay empresarios del entretenimiento que pueden traer desde el ballet Bolshoi hasta Pepa Pig. Vaya, la cultura o capacidad de promoverla e incentivarla no debe quedar en manos solo de una mente empresarial. Pero no por tener esa mente quiere decir que no tengas la capacidad de entender lo demás.
Claro, parece sátira total que el de la “bolita que me sube y me baja” pueda quedarse con un paquete de ese tamaño. Claro que entiendo la indignación por el personaje en sí. Aunque hay algunas cosas que sí hay que entender. Sergio Mayer, a diferencia de muchos, sí fue electo. No específicamente para esto, pero la gente voto por él. La gente que busca la cuarta transformación lo puso donde está. Y sí, yo prefiero el candor de alguien que diga que tiene que hacer cosas por fuera, porque no puede sustentar su nivel de vida con el sueldo de un diputado, que el de uno que en silencio tome las cosas. Pero me encantaría, y sí esta es una invitación, saber cuál seria la propuesta, idea, proyecto e incluso influencia cultural del flamante diputado para llevar a cabo esto, que no solo es importante, sino vital para nuestro país.
Yo aquí ya no quiero pensar en partidos políticos. Las elecciones ya pasaron. Y sí, me consta, porque hablé mucho con él, que Sergio se preparó para ganar su escaño. Mejor que la mayoría de los candidatos. Y sí, podrá confundir a la Profeco con la Profepa en Twitter, pero aquí es donde nos encontramos ahora. Así que platiquemos. Y promovamos un acto de conciencia dejando el ego de todos de lado. ¿Es Sergio Mayer la persona adecuada para esto? Me imagino lo que están pensando. Y ahora, después de verlo en MILENIO tv sé lo que está pensando él. Platiquemos. Pero de cultura, no de política.