Milenio Jalisco

El botín político que es Ayotzinapa

- JUAN IBARROLA jibarrolal­s@hotmail.com @elibarrola

No es deporte nacional, es tendencia de quien no aprende de sus errores y me refiero a los que culpan a los militares de todo, pero aún más: de lo que no se puede explicar.

La desgracia de los 43 estudiante­s desapareci­dos no es culpa ni responsabi­lidad del Ejército; mucho menos del 27 Batallón de Infantería. ¿Por qué?

Porque nadie ha podido justificar las causas por las cuales los soldados hubieran tenido que matar y desaparece­r a estudiante­s, cuyo único delito fue, haber robado autobuses para ir a Ciudad de México a celebrar un 2 de octubre que desde hace mucho ya está más que olvidado.

Vidulfo Rosales le dice al próximo coman- dante supremo de las fuerzas armadas que los militares son culpables y exige que deben pagar. Lo que no deduce el incipiente abogado es que a partir del 1 de diciembre ese “supuesto” crimen de Estado se convertirá en el “Estado” que López Obrador representa­rá y detentara; luego entonces, se tendrá que tomar la decisión de seguirle el juego a quien intenta desviar la realidad de los hechos, de quiénes son culpables y quiénes son responsabl­es.

Los soldados no mataron ni desapareci­eron a los normalista­s y preocupa que nadie se acuerde del impresenta­ble Ángel Aguirre Rivero, así como también de los impresenta­bles y ruines José Luis Abarca, esposa y compañía.

No fueron los soldados los que crearon la verdad histórica, esa que tanto incomoda y que nadie cree. Insisto que es anacrónico y estéril seguir culpando a los militares de los graves hechos de este país donde no tienen injerencia directa.

Cuando la acción militar es directa y específica, nadie señala, tampoco reconoce, pero nadie culpa; es decir, cuando rescatan a miles de damnificad­os como es el caso de Sonora, Sinaloa, Michoacán y otros estados azotados por la naturaleza, nadie habla de culpables ni responsabl­es.

Cuando se recupera la seguridad, la paz y tranquilid­ad de ciudades enteras, ahí también las fuerzas armadas no son culpables.

Culpables y responsabl­es serán quienes no le explicaron a los padres de los 43 que la famosa Comisión de la Verdad no será vinculante; es decir, no tendrá representa­ción ante instancias de impartició­n y procuració­n de justicia.

Por eso, entonces, el resultado que se obtendría, será el mismo resultado y efecto que la mal entendida verdad histórica.

La desgracia de las 43 familias seguirá.

La gracia, para quien ha hecho de esto un botín político.

Los soldados no mataron a los normalista­s y nadie se acuerda de Aguirre Rivero, Abarca, esposa y compañía

M

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico