EL DOLOR QUE NO CESA
El errático manejo de cientos de cadáveres sin identificar por parte de autoridades forenses y de la Fiscalía removió la herida de las familias que sufren la pena de tener desaparecido a alguno o varios de sus integrantes, y que demandan no solo ayuda oficial para dar con sus parientes, sino para que se dé un trato digno a los restos no reclamados, uno de los grandes pendientes del estado. Fotografía: Fernando Carranza