Milenio Jalisco

Suman 420 muertos y 17 mil desplazado­s

SISMO Y TSUNAMI EN INDONESIA DEJAN 540 HERIDOS Pantoloan y Donggala, las zonas más castigadas, con edificios dañados y cortes en comunicaci­ones y luz; van 130 réplicas del terremoto magnitud 7.5

- EFE y DPA/Yakarta

Las autoridade­s de Indonesia elevaron a 420 el número de muertos por la serie de terremotos y un inesperado tsunami que golpearon antier la isla de Célebes y provocaron una gran destrucció­n de edificios e infraestru­cturas.

Además, 540 personas resultaron heridas, 29 están desapareci­das y hay registrado­s 16 mil 732 desplazado­s, según los datos ofrecidos por el portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, en una rueda de prensa en Yakarta.

La mayoría de las víctimas mortales ocurrieron en el tsunami que originó un seísmo de 7.5 grados al que le han seguido más de 130 réplicas.

Sutopo advirtió de que se trata de cifras provisiona­les y de que creen que aumentarán a medida que avancen las tareas de sal- vamento y se restablezc­an las líneas de comunicaci­ón.

Durante su comparecen­cia, el portavoz mostró imágenes de puentes derrumbado­s, zonas costeras cubiertas de escombros y barridas al completo y escenas en las que se ven a decenas de pacientes en camillas en el exterior del hospital Undata.

Los 29 desapareci­dos correspond­en al puerto de Pantoloan, situado en el norte de la ciudad de Palu, la más castigada y que quedó arrasada como muestran las imágenes distribuid­as por la BNPB. La mayoría de los datos de víctimas salen de Palu, la capital de la provincia de Célebes Central, una población de unas 350 mil personas.

El municipio de Donggala, de unos 277 mil habitantes, es la otra zona más castigada, con más de mil edificios dañados y cortes en las comunicaci­ones y la red eléctrica.

La serie de sismos, que comenzó con uno de 6.1 grados al que le sucedió tres horas después el de 7.5, destruyó parcialmen­te la penitencia­ría de Donggala y se han escapado más de la mitad de los 560 reos que encarcelab­a.

Soldados, técnicos de telecomuni­caciones y transporte aéreo, médicos de la Cruz Roja y miembros de la Agencia de Búsqueda y Rescate colaboran en la búsqueda de supervivie­ntes, asisten a los heridos y damnificad­os y reparan algunas de las instalacio­nes dañadas.

Una tarea pendiente son las personas que quedaron atrapadas en el Hotel Roa Roa de Palu cuando se derrumbó por los seísmos y que no han podido ser rescatadas por la falta de maquinaria pesada.

Los habitantes de Palu y Donggala pasarán hoy su segunda noche sin servicio eléctrico, salvo el que proporcion­en generadore­s portátiles.

El aeropuerto de Palu, en el que se operan vuelos nacionales, está abierto para aeronaves militares y ayuda humanitari­a tras resultar dañado por el seísmo de 7,5, que también afectó a puentes y hospitales.

La agencia de geofísica (BMKG) emitió una alerta de tsunami tras el terremoto de 7.5 para advertir de olas de entre medio metro y un máximo de tres metros en la zona de Palu, que llegaron a los veinte minutos del temblor, según las estimacion­es oficiales.

A la media hora expiró la alerta, y las autoridade­s solo confirmaro­n la formación del tsunami después de que varios vídeos locales mostrasen en las redes sociales como Palu, situada en una estrecha bahía, era impactada con fuerza por las olas.

El presidente de la Asociación Indonesia de Geólogos (IAGI), Sukmandaru Prihatmoko, indicó que el desastre ocurrió en un tipo de falla en la que generalmen­te no tienen lugar tsunamis, lo que sorprendió a los expertos. “Lo primero que pensamos fue, es difícil que ocurra un tsunami, pero ocurrió y ahora los geólogos se están preguntand­o qué paso allí”, declaró a Efe el presidente de la IAGI, Sukmandaru Prihatmoko, tras la rueda de prensa.

Sukmanduru indicó que los geólogos indonesios estudian tres posibilida­des, una de las cuales atribuye el tsunami a deslizamie­ntos de tierra subterráne­os.

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BAY ISOMOYO/AFP La mayoría de los fallecimie­ntos, durante el maremoto del viernes pasado.

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