NO SE OLVIDA
A medio siglo de uno de los movimientos civiles más importantes en la historia mexicana, se narra la serie de eventos sucedidos el 2 de octubre.
Bandera a media asta en Zócalo; letras doradas en San Lázaro
Retiran del Metro las placas alusivas a Gustavo Díaz Ordaz
Tlatelolco ya es Patrimonio Cultural Intangible
Las secciones culturales de diarios miraban hacia los Juegos Olímpicos
En medio siglo se puede perder la dimensión de los hechos que como sociedad nos definen; no obstante, hay acontecimientos tan grandes que resisten el paso del tiempo y, en vez de socavarse, toman fuerza. El año de 1968 estaba destinado a ser el de la presentación de México como el país del progreso. Los Juegos Olímpicos estaban programados en la capital mexicana y, por primera vez, una ciudad latinoamericana era la encargada de organizar el suceso deportivo más importante del mundo. Sin embargo, 10 días antes de la inauguración, una masacre manchó de tragedia las calles de la ciudad. Los acontecimientos en la Plaza de las Tres Culturas hicieron que el año que estaba destinado a ser el de la consagración de un país terminara siendo recordado como el de la matanza de Tlatelolco, lugar donde la historia de México cambió la tarde noche del 2 de octubre. Aquella noche, por órdenes del gobierno federal, estudiantes que se manifestaban fueron asesinados, matanza de la que el colectivo ciudadano sigue teniendo memoria 50 años después. Por eso, el Centro Histórico de Tlatelolco fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de Ciudad de México, para recordarnos que no existe en esta urbe un sitio con tal trayectoria, con símbolos materiales visibles y palpables con esa historia y con la simbología intangible de resistencia, de transformación, de resiliencia y constante adaptación como en ese lugar emblemático. La apertura y democracia actuales deben mucho a aquel episodio. En Tlatelolco también inauguraron una plataforma digital y un monumento para recordar a las personas que fallecieron en la matanza; el archivo de libre acceso tiene 100 mil objetos, entre documentos, fotografías, manuscritos y entrevistas sobre el movimiento del 68, que busca poner luz a la opacidad informativa de la época sobre ese lugar de sacrificio.