Copa menstrual: una alternativa ecológica
El producto no causa alergia y ofrece comodidad a las mujeres
Se anuncia como una nueva alternativa para que las mujeres puedan vivir el periodo menstrual olvidándose de varias incomodidades y sin limitar sus actividades cotidianas. Sin embargo, no se trata sólo del propio confort. Acorde al interés generacional por proteger al medio ambiente, su uso contribuye a evitar la generación de cientos y cientos de kilogramos de residuos sólidos, que suponen las toallas sanitarias y tampones.
La copa menstrual tiene la forma de una copa o campana la cual se inserta en la vagina durante los días de la menstruación y permanece en la parte baja del canal vaginal, donde recolecta todo el flujo en vez de absorberlo. “La copa se adapta de manera perfecta a las paredes vaginales y retiene más fluido que cualquier otra clase de producto, eso permite a las mujeres pueden continuar sus actividades cotidianas sin restricciones, incluso practicar deportes como la natación”, explicó Leslie Lara, experta en Comunicación y Mercadotecnia, distribuidora en Guadalajara de las copas AngelCup, producidas por una empresa 100 por ciento mexicana.
“La copa menstrual tiene grandes beneficios. Te puedes olvidar de las toallas y los tampones para siempre, y de todas las molestias que causan: para empezar la toalla roza, irrita, se enrosca, se derrama, te manchas… El tampón no es cómodo para muchas mujeres y también puede tener fugas y ni pensar de meterte al mar. Además causa resequedad’’, describió.
La mercadóloga añadió que la copa es un producto reusable: Debe retirarse y lavarse, para ser usada nuevamente. El tiempo es variable dependiendo de la cantidad de flujo menstrual. Los días en que éste es más abundante, la copa debe ser vaciada con mayor frecuencia; mientras que otros días puede usarse hasta doce horas sin riesgo de enfermedades ni alergias. “(Se fabrica) con silicón de grado médico, un material químicamente inerte; y no contiene colorantes ni químicos, por lo que no produce alergias; tampoco contiene algodón, que es cultivo de bacterias. La copa respeta el pH de la vagina, que es un importante mecanismo de defensa contra infecciones”, puntualizó Lara.
Aprender a usarlo es fácil, aseguró. “Sólo un poco de habilidad para evitar que gotee al retirarla… se desecha (en el inodoro) y se lava con un poco de jabón de higiene íntima (también es hipoalergénico)”, citó la entrevistada. El kit incluye un esterilizador similar al que se emplea para esterilizar las mamilas de los biberones.
En México hay varias opciones de copas menstruales que ya cuentan con el registro de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). La empresa de Lara anunció en septiembre pasado que fue la primera en obtenerlo y tiene el mismo objetivo de “de ofrecer calidad y seguridad a las mujeres mexicanas”. El portavoz de esta empresa refirió que en México “las mujeres generan alrededor de 210 mil toneladas anuales de basura por el desecho de toallas sanitarias o tampones; este tipo de residuos tardan en degradarse entre 500 y 800 años”, según la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); por lo que no hay duda de su contribución ecológica.
Y he aquí otra ventaja: El promedio que gasta una mujer en el uso de toallas sanitarias y/o tampones es de aproximadamente 31 mil 100 pesos durante su vida fértil, de acuerdo con estimaciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). En contraste, la inversión en una copa reusable es de menos de mil pesos.
Alergias y shock tóxico
El uso de toallas sanitarias y tampones puede conllevar algunas molestias, pero raramente problemas graves de salud, apuntó el ginecólogo Jorge Alejandro Michel Vergara, tras señalar que una alergia puede ser provocada por una combinación de factores, entre ellos la sensibilidad de la persona a los materiales con que se fabrican los productos sanitarios “y en ese sentido todos pueden causar una alergia… Con la copa todo parece estar bien, se anuncia como producto hipoalergénico, pero eso no exime de que puedan presentar alguna alergia”, sostuvo.
El shock tóxico es un problema de salud extremadamente raro, que se ha asociado al uso de tampones, donde una bacteria llamada estafilococo se mete al torrente sanguíneo y causa una infección muy severa, que puede poner en riesgo la vida de la paciente. “Pero no nada más lo producen los tampones; puede ir relacionado con quemaduras, con cirugías, con alguna infección fuerte. En realidad el shock tóxico por tampones es poco reportado: 0.79 casos por cada 100 mil mujeres… es decir una mujer en cien millones”.
El director general del Centro para el Estudio de la Reproducción y la Fertilidad (Cerfertil) comentó que una mujer requiere en promedio de “doce toallas por cada menstruación”, por lo que desde su punto de vista la verdadera gran contribución de la copa menstrual es ecológica: Evita la contaminación al no generarse las grandes de residuos sólidos que representan las toallas sanitarias y los tampones.
“Las primeras copas menstruales, muy rudimentarias, datan de fines del siglo XIX. Otra versión es del año 1930, nada parecidas a las actuales, que han evolucionado”, acotó. Michel Vergara compartió que hoy la copa menstrual representa una muy buena alternativa para algunas pacientes, sobre todo ambientalistas, y las que buscan continuar practicando ciertas actividades; pero admitió que esta percepción de confort “depende de cada mujer”.
“Hay pacientes que les gusta, que refieren estar cómodas, y a otras que no les gusta… Ciertamente persisten tabúes y hay muchas mujeres que no les gusta la idea de tocar los genitales –para colocar la copa y para retirarla- y esto ha generado pros y contras. Tendríamos que precisar que la copa menstrual no es para todas, sí recomendable para quien quiera probarla”, aconsejó el experto.
La copa menstrual no es para todas, sí se recomienda para quien quiera probar” Jorge Alejandro Michel Vergara GINECÓLOGO