Felicidades
Por ignorancia aplicamos la palabra felicidades cuando queremos desear parabienes. Solemos los mexicanos, desear felicidades cuando el caso amerita una felicitación. Desear tiene una connotación diferente a enviar o mandar. Decimos: te deseo muchas felicidades, no, te deseo muchas felicitaciones. Decimos felicidades cuando debiéramos decir felicitaciones. Dale a Tere mis felicitaciones, no, dale a Tere mis felicidades.
Aunque no existe diferencia léxica entre una y otra palabra, debemos aplicar el concepto felicidades para circunstancias ocasionales: felicidades por tu cumpleaños. Y el concepto felicitaciones por logros alcanzados. Cuando se desconoce el empleo adecuado de ambos términos, aplicamos equivocadamente la primera para expresar parabienes. Tratándose de un logro, también podemos emplear el término enhorabuena. Felicidades compete solo a quien recibe el mensaje. Felicitaciones significa involucrarse en el logro: te felicito porque lograste tu propósito. Cuando se trata de felicitar surge la duda de si felicidades y felicitaciones es lo mismo.
Tratándose de un logro, lo indicado es felicitar, implica reconocimiento. Tal vez el logro le proporcione felicidad a quien lo alcanzó. La felicidad es pasajera. El logro es permanente. (Una señora se sacó un coche último modelo en una rifa, su felicidad tocó las fronteras de la euforia. 10 minutos después de que salió con su flamante coche de la agencia, lo chocó). La felicidad nos proporciona estados de bienestar. Es un conjunto de emociones que se asocia con alegría. Es un concepto abstracto, si preguntamos a 10 personas su definición de felicidad, obtendremos 10 definiciones diferentes. Después de esta perorata me surge una disyuntiva, no sé si o a los jaliscienses por el futuro gobierno estatal que encabeza Enrique Alfaro, exalcalde tapatío, quien, no obstante sus “promesas” al asumir la alcaldía, dejó muchos asuntos pendientes en Guadalajara. No solucionó las recurrentes inundaciones durante sus tres años de gobierno. El caos del viernes en la tarde ocasionado por una megatormenta, es la prueba fehaciente: inundaciones y caos por todas partes. Guadalajara colapsó.
Ojalá que con el nuevo gobierno no nos sucede lo que sucedió a la señora que se sacó un coche en una rifa.
Feliz domingo estimado/a lector/a.