Yogome: del exceso de confianza al exceso de miedo
La semana pasada, los emprendedores mexicanos vivieron su ‘jueves negro’. Yogome, una firma de desarrollo de juegos educativos fundada hace siete años, anunció su cierre de operaciones y despidió a sus 150 empleados.
Manolo Díaz y Alberto Colín, sus fundadores, eran rockstars en eventos de emprendedores, ganaban concursos, eran caso de éxito para revistas del sector y, lo más importante, consiguieron 36.5 millones de dólares de inversionistas locales e internacionales. Con oficinas en San Francisco y usuarios en más de 50 países Yogome simbolizaba la nueva era del sector emprendedor.
“Esto es un escándalo. En el ecosistema están preocupadísimos porque con este caso, que parece que fue un desfalco, generará tal falta de confianza que se habrán perdido casi tres años de logros y de acceso a capital”, me comentaba una fuente que trabaja de cerca con muchas startup.
¿Cómo pudieron dos empresarios ‘ma- quillar’ los resultados para conseguir tanto dinero en diferentes rondas sin que ningún fondo o inversionista lo detectara, incluso instituciones como Endeavor o el propio Inadem?
“Es una cascada de confianza: cada jugador confía en el jugador anterior, y todo parte de los números de ventas y crecimiento de la empresa. Concursos, conferencias, aceleradoras, gobierno, ONG, prensa, e inversionistas vamos colaborando en una espiral virtuosa para apoyar a emprendimientos que lo valen.
Por eso es tan doloroso este evento y puede afectar a quien busque inversión y no cuente aún con los números necesarios para obtenerla. Es decir, impulsará seriedad y madurez”, me decía Eugenio Perea, director local del programa global de formación de emprendedores Founder Institute.
¿Es un tiro mortal al sector emprendedor? “Este caso, como pasó con Theranos en EU, no retrasa nada. Pero sí es una lección. Siempre hay que hacer background checks”, me decía el fundador de un fondo de capital de riesgo local.
“No, no es devastador. El nivel de madurez que hemos alcanzado en los últimos 6 años emprendedores, promotores, inversionistas, autoridades ya nos protege de caer en histeria ante un caso aislado”, agregó Perea.
Mientras se conoce la verdad detrás de la caída de Yogome, que parece que creció por un exceso de confianza de quienes pusieron inversión en ella, lo cierto es que este evento no debería generar un exceso de miedo.
Sin dudas es un gran ejemplo (¿nuestro propio Theranos?) para subir el volumen a los filtros, las pruebas, los análisis de fondo de las empresas —y qué elementos medir como ejemplo de éxito—, profesionalizar la due diligence, tanto del lado de los inversionistas como de los buscadores de capital.
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