A tragar camote
Lo que se diga en campaña, se queda en campaña. Bajo ese y otros dichos, los votantes de Andrés Manuel López Obrador, pretenden darle la vuelta a las críticas hechas en contra del presidente electo, ante los constantes dislates, contradicciones y ocurrencias que un día sí y otro también, vomita desde su interminable campaña.
Nada bueno puede traerle a la democracia, el hecho de que las campañas sean un concurso de mentiras. Si durante la contienda, que es la parte más visible (y a veces, aborrecible) de la democracia, se puede mentir descaradamente, estamos socavando la credibilidad en el voto y en las elecciones libres.
Si usted votó porque le prometieron para erradicar el impuesto a las gasolinas, o votó para que la ciencia y la tecnología recibieran más presupuesto, o votó para que en un lapso de seis meses se sacara al ejército de las calles, o para desmontar la reforma energética o en contra de la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México, hoy debe tragar sapos.
Su voto democrático, su elección libre, fue un engaño. Como contraprestación a su fe ciega, hoy debe apechugar y comprender que las cosas no son como se veían, a pesar de que su candidato es parte del sistema, vive de él, y lo conoce desde hace 40 años. Usted, debe comprender que los números no le dan, que no aparecen por ningún lado los 500 mil millones de pesos que se van al agujero de la corrupción. Usted, debe ser sensible y entender que los legisladores no se bajaron el sueldo y que, como parte de la austeridad, recibirán a final de año, un dineral. Y para colmo, ahora tendrá que chutarse la nueva oleada de “izquierdistas” fifís, tirando rostro y desparramando frivolidad, en publicaciones superficiales. También, deberá justificar la trata política y darle la bienvenida con los brazos abiertos, a los nuevos legisladores que, generosamente y sin ningún interés, migraron del Partido Verde a la bancada de Morena.
Hoy, nuestro diseño político carece de un andamiaje que proteja al votante de la demagogia. México necesita una “Profeco” electoral a la se pueda acudir para obligar a que quien promete una cosa en campaña, cumplirla. Ya vimos que de nada sirve firmar compromisos ante notario. Peña Nieto, terminará su gobierno con un montón de obras inconclusas y muchas, ni siquiera iniciadas. El nuevo gobierno comenzará su ciclo desechando de antemano sus propuestas simbólicamente más poderosas, precisamente aquellas que le daban credibilidad, que definían a Morena como una alternativa radicalmente distinta al PRIAN.
Y usted, querido votante del Peje, seguirá tragando camote.