Cárteles disputan el control de huachicol
Guanajuato es una entidad que combina un crecimiento económico de 9.7 por ciento y los más altos índices de violencia en el país, debido a la guerra entre los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Santa Rosa de Lima, por el control de la refinería Antonio M. Amor y los 12 ductos de combustible que abarcan 700 kilómetros del territorio.
La crisis de inseguridad comenzó en 2017, con el incremento de ejecuciones y las agresiones a los policías, ambas relacionadas con el crimen organizado.
La guerra entre el CJNG y el de Santa Rosa de Lima recrudeció la violencia y llevó a Guanajuato del octavo lugar en homicidios por arma en 2017 al segundo en 2018.
El robo de hidrocarburo es el delito que, de acuerdo con la autoridad, ha desatado la violencia en el estado.
Un informe de Pemex detalla que la entidad ocupa el primer lugar en tomas clandestinas, lo que representan 11.3 por ciento de las 7 mil 590 detectadas a escala nacional. Tan solo de enero a junio se localizaron 865.
El Grupo de Coordinación Guanajuato tiene identificados 12 grupos delictivos en la entidad, entre los que destaca la rivalidad entre CJNG y Santa Rosa de Lima.
Además, la capital, León, es parte de la lucha por el narcomenudeo.
También están los municipios del “triángulo dorado”, donde surgió el cártel de Santa Rosa de Lima: Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Salamanca, Irapuato y Celaya.
En esas comunidades predomina el huachicoleo y los índices de violencia se han elevando; como en Irapuato, donde los asesinatos se incrementaron 300 por ciento de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Irapuato ¿Cómo Vamos?
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