Corrupción
Se defiende diciendo “No tienen pruebas contra mí” y termina afirmando Rosario Robles que el Grupo Reforma malinforma y la difama por haber sacado a la luz pública la investigación periodística sobre los desvíos en la SEDESOL y en la SEDATU por 708.2 millones de pesos a empresas fantasmas. Si la investigación la está acusando de corrupción, no de que no sea lo suficientemente astuta para planear y ejecutar actos de corrupción en contra del erario público.
Es inconcebible e insultante para la inteligencia de las y los mexicanos que esta funcionaria, miembro de la administración pública federal más desprestigiada y acusada de evidentes actos de corrupción, ahora se diga víctima de una prensa crítica y que está cumpliendo cabalmente su función social. Pensándolo bien, puede que tenga razón, lo que pasa es que no entendemos que ella solo cumplió el papel de Santa Claus y que unas Secretarías de Estado caritativas, con el apoyo de la Notaría 96 del Estado de México (¡qué raro!), solo le están llevando alegrías y millones de pesos en efectivo y en camiones blindados a personas socias de empresas fantasma. Lo preocupante es que, además de este cuestionamiento a Rosario Robles, no ha sido el único que ha enfrentado en los últimos seis años; en 2013, partidos de oposición acusaron el uso electoral de programas sociales por parte de funcionarios de la SEDESOL cuando ella era la titular de dicha dependencia y en 2017 se le acusó de “La estafa maestra”, en la cual se documentó cómo la SEDESOL y la SEDATU desviaron recursos a través de una red de universidades públicas y empresas fantasma, casos en los que también Rosario Robles ha negado ser responsable de dichas irregularidades.
Es inaplazable castigar ejemplarmente la corrupción de las y los servidores públicos, legisladores y magistrados; por lo pronto ya se registró la propuesta de Rosario Robles para el Anti — Premio “MAMMÓN” 2018 a la avaricia, la codicia y el materialismo de los servidores públicos.