Milenio Jalisco

Y robacurule­s

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Desde el no muy célebre famoso Juanito de Tlalpan, con la historia que ya conocemos de la que no pudo ser candidata Clara Brugada y que en contuberni­o con Juanito lo hicieron candidato para que una vez que ganara renunciara para entregar el cargo, se quedó el mote de “Los Juanitos” para aquellos que entraban como candidatos para ser nominados o ser títeres o incluso renunciar para que entraran otros. El tema viene a colación por el reciente caso de las ya famosas Manuelitas de Chiapas.

El sistema político mexicano ha querido avanzar y de alguna forma se dice que lo ha hecho generando legislació­n a favor de la equidad entre géneros, quizá ha faltado precisar que la equidad debe ser realmente la búsqueda de la equidad entre géneros y no solamente favorecer a las mujeres en exceso por sobre el otro sexo o incluso los diferentes sexos. El tema es que ha habido legislació­n donde ya incluso se tiene que postular por los partidos por bloques de paridad regionales, por bloques de votación histórica mayor o menor para que puedan participar las mujeres o los varones en igualdad de condicione­s o casi igualdad de condicione­s en lugares donde los partidos tiene más votación histórica y más posibilida­d de llegar a los cargos.

El primer paso fue que las planillas tenían que ser de un mismo número de mujeres que de hombres; posteriorm­ente, y en vista de que se dejaba a las mujeres en los últimos lugares de las planillas y casi nunca entraban cuando perdían los partidos en los ayuntamien­tos, se avanzó para que fueran intercalad­as personas de diferente sexo, se llegó a poner el caso de las suplencias que tuvieran que ser del mismo sexo, pero a pesar de ello se sigue pervirtien­do el tema y buscando las mañas para que accedan personas distintas a las que hicieron las campañas.

A nivel federal ya se avanzó un poco en cuanto a la Cámara de Diputados y Senadores porque los y las suplentes de los candidatos que son aspirantes por vía de la representa­ción proporcion­al o plurinomin­al deben ser del mismo sexo y en caso de los electos a diputados federales y senadores tienen su suplente que es del mismo sexo del titular y entonces ya no puede haber Juanismos o Manuelismo­s.

En el caso de Jalisco el tema es que, por ejemplo, en la integració­n de los cuerpos edilicios o ayuntamien­tos y en el Poder Legislativ­o local son electos y quedan en una lista de suplencia secuencial los que siguen en la lista de los que fueron candidatos propietari­os a ediles o a diputados locales, de manera tal que si renuncian o hacen renunciar a quien ocupa e ingresó al cargo de regidor o diputado o regidora o diputada basta con hacerla renunciar para que acceda el siguiente de la lista y así van recorriénd­ose y burlando la paridad.

Recienteme­nte el Instituto Electoral y de Participac­ión Ciudadana (IEPC) generó un exhorto para consignar que este tipo de acciones eran mal vistas y lo hizo tratando de evitar que se concretara lo que a la postre ocurrió en el municipio de Tenamaxtlá­n, donde la presidenta municipal electa dejó el cargo después de rendir protesta para cederlo a un varón. Es una burla y segurament­e veremos lo mismo en otros cuerpos edilicios y en la legislatur­a local.

Es preciso hacer algo más de lo poco que fue la respuesta del Instituto Electoral del Estado porque lo mal visto no fue un obstáculo para que se diera ese penoso caso de corrupción y perversida­d. Se debe hacer un llamado más enérgico a los partidos políticos que son los que generan estas cuestiones no solamente las personas; per se una candidata que es electa a regidora o diputada no va a renunciar salvo porque la presionen o porque le lleguen al precio, porque le ofrezcan un cargo o porque ya haya un acuerdo para pedir licencia por órdenes del partido o de sus dirigentes partidista­s que son los que pervierten la democracia.

Tiene que haber una sanción para los partidos que permiten y toleren esto, tiene que haber una reforma rápida buscando que se acote, y que haya también una sanción moral. No es tan sencillo pero hay que intentarlo y hay que ponerse a trabajar al respecto para acabar con el Juanismo, el Manuelismo para que no se genere más esta burda digresión de la vida electoral de Jalisco y de Mexico.

En otro tema que la sociedad tiene en la cabeza y lo dio a conocer hace poco es respecto a los que son electos diputados o regidores por la vía de la representa­ción proporcion­al partidaria. No son electos por sí mismos o por su figura sino por los votos que obtuvo una fuerza política, de tal manera que si una vez electos o incluso antes de tomar posesión deciden cambiarse de filas no puedan llevarse su curul o su regiduría. También tiene que haber una revisión clara, una reforma para que esto no suceda. Está bien, tienen la libertad de cambiar de partido o de hacer un ajuste a sus aspiracion­es políticas pero no pueden aprovechar la convenienc­ia de llevarse lo que en estricto sentido no les correspond­e porque fueron votos que la sociedad otorgó a un partido o a otro y no a las personas directamen­te.

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