Milenio Jalisco

¿Qué esconden las aerolíneas?

- CARLOS J. GUÍZAR @carlosguiz­ar

Uno de cada cuatro vuelos en nuestro país se retrasó en 2017, según la Dirección General de Aeronáutic­a Civil. Las quejas presentada­s contra las aerolíneas ante la Procuradur­ía Federal del Consumidor (Profeco) aumentaron 62 por ciento el año pasado. Aeroméxico, Viva Aerobús y Aeromar fueron las compañías con más reclamos (Expansión, 06/06/18).

Aunque solo tres de cada 10 mexicanos han viajado en avión, más de 90 millones de pasajeros realizaron vuelos nacionales o internacio­nales en 2017 desde algún aeropuerto en México (Parametría, 2017).

Analizarem­os cómo no todo es miel sobre hojuelas en la relación entre los usuarios y las aerolíneas:

Primero, no culpes a la lluvia. Las aerolíneas son las responsabl­es de que 45 por ciento de los vuelos en México salieran tarde el año pasado, solo 15 por ciento se retrasó por el mal clima y 13 por ciento por los flujos en los aeropuerto­s.

Segundo, aviones parados. Noventa y seis de cada 100 vuelos cancelados en México no salieron por alguna razón imputable a las aerolíneas en el primer semestre del año, para sumar 9 mil 253 cancelacio­nes.

La empresa nacional con el Índice de operacione­s más bajo en ese periodo fue Aeromar, con 10.3 por ciento de cancelacio­nes del total de sus viajes, seguida por Magnichart­ers con 4.1 por ciento y Transporte­s Aéreos Regionales con 2.7 por ciento.

Tercero, boleto sin seguridad. Más de 19 mil pasajeros se quedaron sin subirse al avión de enero a mayo de 2016, la mayoría por vuelos sobrevendi­dos (La Jornada, 26/04/17).

En esos cinco meses, se presentaro­n 3 mil 453 quejas por pérdida, daño o robo de equipaje.

También están las letras chiquitas, que no te dicen claramente cosas tan básicas como el equipaje permitido, los detalles en una promoción o los cargos adicionale­s. Ocho de cada 10 mexicanos están de acuerdo con que las compañías compensen a los pasajeros cuando se retrase o cancele un vuelo por responsabi­lidad de la propia aerolínea.

Los clientes recuperaro­n cerca de 80 millones de pesos en un año por las quejas que metieron ante la Profeco contra las compañías aéreas (Excélsior, 06/09/18).

Más allá de la incomodida­d de un vuelo retrasado o cancelado, hay quienes apenas tienen para pagar el boleto y que no tendrán dónde quedarse si no llegan a su destino, que les descontará­n el día en su trabajo, tienen una cita importante o hasta un familiar enfermo.

Hay muchas personas con espíritu de servicio y a veces no es culpa de las aerolíneas, pero lo que menos esperas en un imprevisto son malos tratos o falta de empatía. La última mala experienci­a propia fue con Nadeissa Kilimanjar­o, de Aeromar, pero cada usuario posiblemen­te tendrá alguna historia que prefiera ni recordar.

Para que las cosas cambien, los pasajeros deben conocer sus derechos, tomarse el tiempo para denunciar cualquier abuso ante la Profeco y presentar una queja, porque recibir un buen servicio de parte de una aerolínea no debe ser cuestión de suerte.

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