¿La cultura de Jalisco a manos privadas?
Jorge Ayala Blanco recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural René Avilés Fabila 2018 en la categoría de Trayectoria. Un premio póstumo especial fue otorgado a María Luisa La China Mendoza. También se distinguió con el primer lugar del Premio al periodista Luis Carlos Sánchez por su trabajo Carne y arena de Alejandro González Iñárritu costó $28,527,677. El segundo lugar fue para Ópera en tiempos de guerra, de Hugo Roca Joglar; y el tercero a Demandan a Nestlé por piratear obra de artesanos, de Abida Ventura.
Mientras Ismael del Toro, presidente del ayuntamiento de Guadalajara, despidió a Víctor Castillo como director de Cultura, por sus declaraciones cuestionando el costo del programa “Sucede” (uno de los proyectos culturales del ex alcalde Enrique Alfaro), la actividad cultural oficial, a nivel estatal, corre el riesgo de privatizarse.
Entre los proyectos que se barajan para regir la actividad artística el próximo sexenio, bajo la administración del ingeniero Enrique Alfaro, se encuentra uno que, en apariencia inocente, abriría la puerta a la privatización de los recursos destinados a la cultura. Se buscaría convertir a la Secretaría de Cultura en un Organismo Público Descentralizado (OPD); es decir, en un órgano que funcione en forma independiente, pero con recursos del gobierno.
Si bien esto es, por el momento, solamente un proyecto, bien pudiera concretarse porque hay manos que quieren recibir y administrar esos recursos.
La idea incluye unir Turismo y Cultura, para que el OPD administre esa actividad dual, en busca de “atraer turismo” y “generar recursos”. Naturalmente, esta visión es diametralmente opuesta a la que sustenta Alejandra Frausto, próxima secretaria de Cultura de México, en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador. En su programa no incluye la privatización de los recursos; por el contrario, ha puesto énfasis en la actividad artística como eje del bienestar ciudadano; y ha manifestado que promoverá las culturas populares, con una perspectiva social e inclusiva.
No es momento, pues, para privatizar la actividad cultural. Ni para dejarla en manos ajenas a las del Estado. Me parece que, por el contrario, es la oportunidad para llevar las actividades artísticas y culturales a los barrios a los que jamás llega, a las colonias marginadas, a los pueblos que no la conocen; y, a partir de ahí, comenzar a brindar nuevas visiones del futuro.
Jalisco, es cierto, cuenta con un enorme legado cultural. Pero ese patrimonio debe ser para que los jaliscienses y todo el mundo lo disfruten; se trata de una herencia que procede de nuestro pasado; un recurso que está aquí para que lo aprovechen los ciudadanos a favor de su bienestar y una mayor consciencia. Hacérselos llegar es, indiscutiblemente, labor del próximo gobierno.
Entre los posibles responsables de la cultura para los próximos años se cuentan Igor Lozada, quien dirige actualmente Cultura UdG y persona muy cercana a Raúl padilla; Alejandro Matos, director desde siempre de las Fiestas de Mayo; y Daniel Duarte, a pesar de su reciente nombramiento. No hay que descartar del todo a Martín Almádez, jefe de turismo en la administración municipal anterior.
Hay, no obstante, otras personas que podrían cumplir adecuadamente con el cargo. Algunos de ellos ya lo demostraron antes, otros estarían por hacerlo.
Por lo pronto, el ingeniero Alfaro debería tener un buen plan en mente, para estructurar la actividad cultural de Jalisco; eso seria mucho mejor que “independizar” la cultura en una época y en un momento en el que las tuercas del engranaje nacional marchan en sentido contrario.
Entregaron premios a periodistas