¿Qué haremos con Selena Gómez?
Cuántas veces lo tendremos que ver para aprender? Un artista que aparentemente lo tiene todo cae en un terrible estado de depresión o incluso de abuso de sustancias. ¿Y qué hacemos con ello? Lo consumimos como si fuese entretenimiento. Eso, sin la menor duda, nos hace parte del problema.
Como bien acotó un compañero aquí en MILENIO, esta última crisis de la cantante ocurre en el día que se celebra la conciencia de la salud mental. Selena, quien ha tenido otros problemas muy graves de salud desde muy pequeña, ha tenido que enfrentar todo frente a los reflectores. Está bien, esa parte fue su decisión al trabajar en esto. Pero no es de ninguna manera justificante para que tantos usemos semejantes problemas como entretenimiento. Evidentemente todo está en el enfoque con el que lo tomemos.
No es casualidad que le pasó a Britney Spears, Demi Lovato, Amy Winehouse y Kurt Cobain (con un final trágico). La depresión es un tema que simplemente parecemos no entender a menos que lo hayamos vivido. Ahora, atravesar una depresión cuando el mundo entero opina sobre tu vida, te persigue y te juzga, debe ser un infierno más dentro de ese túnel en el que no se ve el final.
Tomo hoy el tema de Selena Gómez como ejemplo para pedir, empezando por nosotros que manejamos la información, un tanto de compasión. Un intento de empatía. Para alguien quien está clínicamente deprimido ni la fama ni el dinero significan nada en los momentos de crisis. Pero hay tanto negocio en ello que muchas veces los paparazi y similares no se detienen hasta que las consecuencias son irreversibles. Tenemos que reconocer nuestra responsabilidad en esto.
Según WHO (Organización Mundial de la Salud) hay más de 300 millones de personas pasando por esto en este momento. Así que es más que probable que ustedes y yo tengamos cerca de alguien que lo está viviendo. Y muchas veces no nos damos cuenta.
Decirle a alguien que está deprimido “échale ganas” es completamente inútil. Y si esa persona resulta que es famosa, hacerla pedazos por ello es básicamente criminal. No es una tristeza. No es ingratitud. No es falta de ganas. Es algo que debemos tomar con toda seriedad.
Así que ahora que nos enteramos que Selena tuvo una crisis en el hospital, que se arrancó el suero, que tuvo que estar ahí a pesar de haber sobrevivido un trasplante de riñón, tal vez podamos aprovechar para, en lugar de hacer un circo de ello, dar y consumir esa información entendiendo el origen de las cosas. Las enfermedades mentales son devastadoras y más si no hay ayuda cerca. Tal vez, si vemos casos como el de todos estos músicos y echamos una mirada a nuestro alrededor, hasta podremos ayudar a alguien a sobrellevar esta negra nube que no deja ni pensar, ni actuar. Hagamos algo bueno con esta triste información. No solo nos entretengamos con los dolores de los “ricos y famosos”.
¡Que alguien me explique!
¿Dónde están las apuestas para ver cuánto va a durar el “romance” entre Donald Trump y Kanye West? Yo le entro.