Una fiesta que se vivió en paz
Reportan contados detenidos por faltas administrativas, percances de salud menores
Inmaterial de la Humanidad que impulsan autoridades municipales y religiosas.
“Ha sido muy acartonada en los últimos dos o tres años, la seguridad ha sido tan extrema que ha perdido su dimensión de expresión popular y las manifestaciones eminentemente de la cultura popular que se han visto restringidas”, dijo el experto, ayer también romero.
A redoble de tambor, el contingente fue encabezado por la banda de guerra, seguida de la Guardia de Honor de Nuestra Señora de Zapopan, que son once grupos con sus respectivas escoltas: zapopanas, niñas, señoritas, señoras, niños, jóvenes, caballeros… alrededor de 500 personas vestidas de azul marino y blanco; con Samanta que ha sido integrante más pequeña al marchar desde los tres años de edad, para orgullo de su madre y abuela, custodias de la Virgen.
La imagen fue colocada en una carroza decorada con tonos oro y rojo –los elegidos como distintivo para este año- y docenas de rosas rojas, lo que permitió ser avistada sin problema por los miles de fieles que desde la madruga la esperaban a lo largo del trayecto para poder verla de cerca, suficiente bendición. Otros caminaban delante o detrás de los grupos oficiales para acompañarla hasta la Basílica de Zapopan. Fue el caso de un chico que descalzo pagaba una manda, pero no renunciaba a su nueva identidad. Portaba una playera celebrando los ochenta años de la Guardia de Nuestra Señora de Zapopan, cumplidos este 2018, e iba maquillado de mujer. Nadie fue intolerante. Contó que de niño su madre lo llevaba a la Romería y de adolescente fue miembro de la Guardia; pero dejó de participar tras asumirse homosexual. Hace cinco años está unido a un hombre, por el cual rogaba a la Virgen que lo sacara de la cárcel.
Frente a estas realidades resonaban los gritos de “¡Viva la Virgen de Zapopan!”, “María, María”, que coreaban los feligreses al paso. Este año hubo menos rezos y cantos y loas; privó la espera en silencio. Y ya en los últimos kilómetros entre los límites municipales aumentó el colorido, el ambiente de vendimia, de fiesta del pueblo, que a los pies de los Arcos de ingreso al centro zapopano dejó a su Generala, ya de vuelta en casa.
La Romería de Zapopan 2018 “fue una fiesta religiosa, cultural, centenaria, pero sobre todo familiar y que se vivió en paz. La verdad es que estamos muy orgullosos”, aseguró el presidente municipal Pablo Lemus Navarro, al hacer ayer un balance general de la peregrinación, que nuevamente concluyó favorablemente en materia de seguridad pública.
El primer edil dio a conocer que la afluencia total fue “cercana a 2 millones de personas”, cifra ligeramente superior al año pasado (1.7 millones de fieles, dijo), y pese a este mundo de gente, únicamente se registraron percances menores. En Zapopan, ejemplificó, sólo hubo siete personas detenidas por faltas administrativas. En Guadalajara no hubo ninguna detención; se alejó a una persona violenta y se controlaron dos riñas sin problema.
En Zapopan, el helicóptero Halcón sobrevoló la zona para
El helicóptero Halcón sobrevoló la zona en Zapopan para apoyar en labores de vigilancia
apoyar las labores de vigilancia.
Lemus Navarro hizo un reconocimiento a la sociedad por el “comportamiento impecable” de todos los romeros a largo de los 9.4 kilómetros del recorrido; y confió en que todo está puesto para que esta peregrinación sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), decisión que se tomará entre el 26 de noviembre y el 1 de diciembre próximo.
“Este es el México que todos queremos, el México que debemos de mostrarnos a nosotros mismos y que debemos de mostrar hacia el exterior, un México que 7 26 516 21 9 35 35 convive en paz, que tiene estas tradiciones tan valiosas y que todos sabemos salvaguardar, este es el México real”, recalcó Pablo Lemus.
En esta edición 284 se tuvo presencia de un contingente aproximado de 35 mil danzantes, distribuidos en 289 grupos de los cuarteles Danzas Autóctonas de Jalisco, Danzas Autóctonas de Zapopan y Danzas Chimalhuacanas; además de un contingente de danzantes sin cuartel.
La Romería de Zapopan tuvo una inversión de 5.2 millones de pesos (1.2 mdp por parte de Guadalajara y 4 mdp por parte de Zapopan, municipio que por cierto, duplicó la inversión realizada en 2017 y aunque el alcalde no explicó los motivos, sí enumeró varias obras de remozamiento).
Respecto a la edición 284 de la Romería de Zapopan, Oscar Villalobos Gamez, coordinador de Servicios Municipales de Guadalajara sostuvo que el principal objetivo de los cerca de 8 mil funcionarios involucrados (de los gobiernos de Guadalajara, Zapopan y el estatal) fue que el recorrido de 9.4 kilómetros se llevara a cabo en paz y sin percances; lo cual se logró tanto en los 7.5 kilómetros del municipio tapatío, como en el resto que corresponde al territorio zapopano.
A la 1:30 de la tarde, incluso el operativo de limpieza en Guadalajara ya estaba concluido “para que la vida transcurra como cualquier día viernes”, dijo, tras referir que los romeros olvidaron a su paso gran cantidad de desechos (sobre todo envases de plástico). Se recolectaron 52 toneladas de basura en el municipio tapatío.