Tlaquepaque, la joya de la corona
Tlaquepaque es la joya de la corona del turismo metropolitano. Quienes vivimos en la capital del estado y su zona conurbada lo sabemos.
Cada vez que recibimos visitas, los tapatíos llevamos a los amigos y familiares a conocer el corazón de Tlaquepaque. La visita obligada es al Parián (aunque sea por fuera) y sus calles más emblemáticas, sobre todo la Independencia, digna de recibir a cualquier visitante nacional o extranjero.
Hoy Tlaquepaque se ha convertido en Pueblo Mágico, y eso acrecentará más la difusión y el interés por conocer la otrora Villa Alfarera.
Conozco gente que vive en Tlaquepaque y está orgullosa de su municipio. Y con razón. Tiene el centro histórico de esa ciudad el encanto de un pueblo, y la amabilidad de su gente.
No me meteré en honduras relacionadas con política, funcionarios y demás. La distinción es para todos los pobladores del municipio, y eso incluye a ciudadanos y gobernantes. Recibir esa clasificación no es fácil, y se hizo lo necesario (y tal vez más) para ello.
Son 42 manzanas las comprendidas en la declaratoria de Pueblo Mágico, y lo ideal sería que, declaratoria o no, ese atractivo se extienda más allá. Entiendo que la violencia, los problemas y la inseguridad se han cebado contra Tlaquepaque en años recientes; por eso me parece que el reconocimiento de la Secretaría de Turismo viene como un bálsamo, como la oportunidad de reforzar el orgullo de los tlaquepaquenses y de trabajar más para ahuyentar los problemas sociales.
Jalisco es potencia turística, pero debemos esforzarnos más por crecer en esa materia, sobre todo en Guadalajara y Zapopan.
Zapopan tiene un centro histórico con un gran atractivo, la Basílica; y Guadalajara ha hecho un gran esfuerzo (que esperemos pronto quede terminado) para dar una nueva y atractiva cara a los turistas.
El ejemplo de Tlaquepaque, sin embargo, debe ser seguido por muchos ayuntamientos y pobladores de la zona conurbada. Atractivos hay para el turista y los vecinos. Debemos mejorarlos y hacerlos más visibles.
Pero hoy la felicitación es para todo Tlaquepaque. No más. Que vengan más buenas noticias.
El banquillo
Otra buena.- El viernes pasado salí con mis hijos a ver la Romería de la Virgen de Zapopan. Además de ver un río de personas, me di cuenta de que había muchos policías, muchos agentes viales, muchos paramédicos y muchos trabajadores municipales atendiendo a los fieles. Entiendo que el saldo de la procesión fue blanco, y atestigüé cómo se retiró de las calles la basura que, da pena, dejaron miles de personas. Con todo, en apenas un par de horas de trabajo de las autoridades municipales, todo quedó limpio y en orden la misma tarde del viernes. Hay que reconocer a todas las autoridades que participaron en el operativo.