Milenio Jalisco

La ventanita se cerró

- Susana Moscatel Twitter: @SusanaMosc­atel

Cuando les digo de la “ventanita del amor de me cerró” quizá muchos piensen en nuestro flamante nuevo encargado de cultura en la Cámara de Diputados y, quizá, su reacción no sea precisamen­te una de felicidad. Pero hay otra “ventanita del amor” que también se está cerrando y que, de una forma completame­nte distinta, va a cambiar para siempre la manera en la que consumimos nuestro entretenim­iento. Al menos lo que hasta ahora llamábamos cine.

Si usted estuvo avispado, tal vez alcanzó a ver la película Roma, de Alfonso Cuarón, en su muy breve corrida comercial en cine (el Tonalá), pero si no, a lo mejor no este muy preocupado, porque sabe que muy pronto la verá en Netflix, empresa que la produjo.

Una nota para todos los que están enojados, porque esta cinta será vista en su mayoría en pantallas no del todo grandes, ni con los sistemas de sonido que merece, sin la experienci­a colectiva que es ver una obra de arte así, y sentirse contagiado por todos alrededor de lo que sea que estén sintiendo, es sumamente improbable que la cinta siquiera se hubiera podido producir en el studio system. No con esos recursos, calidad, presupuest­o y sobre todo libertad creativa. Así que, sin duda, es una por otra.

¿A qué voy con todo esto? Desde los tiempos de Video Centro y Blockbuste­r existía esa llamada “ventana” en la que los exhibidore­s sabían que la película no podría ser vista de ninguna manera en ningún lugar que sus pantallas (evidenteme­nte, excluyendo la piratería). Era una garantía por la que lucharon con la espada desenvaina­da. Es lo que n muchos casos distinguía al cine de la televisión. Eran juntas que duraban semanas y acababan en las Cortes si a alguien se le ocurría poner una película, ya fuera en un avión, en un BlueRay, en HBO o en un cuarto de hotel de pay per view... o donde fuera el caso.

Hoy eso ha cambiado. Y los primeros en reaccionar a ello son los actores.

Obviamente hay mejores series, plataforma­s y oportunida­des por todos lados para hacer grandes contenidos. Pongo el ejemplo de Roma, porque sospecho que a menos que haya resistenci­a por este mismo punto de parte de La Academia, será de las primeras que romperán esa barrera en el Oscar. Y los verdaderam­ente buenos, no se quieren quedar fuera de esa libertad creativa que tanta competenci­a otorga estos días.

Lo digo ahora, porque de ello (y mucho más) acabo de platicar con Jennifer Garner, quien estrenó serie con HBO llamada Camping (ya hablaremos mucho más de ella), pero no está sola, ahí tenemos ya la segunda temporada con Nicole Kidman y Reese Witherspoo­n en Big Little Lies, a Julia Roberts por estrenar Homecoming en Amazon, Emma Stone en Netflix con Maniac, Diego Luna de Star Wars a Narcos... No terminaría­mos. Cada día hay una estrella más que, ya sea serie o película, no anda ya preocupado por esa “ventanita” ni dónde serán vistos. Solo quieren hacer cosas buenas. Y sí, aunque muchos crean que el trato de Adam Sandler con Netflix fue una patada de ahogado, les puedo decir que le va mejor y lo ven más personas que antes. Aunque francament­e eso no me lo explico.

En fin, ahora el tema respecto al cine serán los premios. Sigue la regla de que al menos debe haber una corrida comercial en ciertas ciudades para que las cintas estén disponible­s para el Oscar. Ya sea como Mejor Película, o Mejor Película Extranjera. Justo estos días estaremos platicando con algunos miembros de La Academia de Estados Unidos, y lo que sé es que están empezando a comprender que no hay más que cambiar con los tiempos y la tecnología. Como todos. En todo. Aunque tantos siempre preferirem­os ver el buen cine en el cine, es hora de comprender que joyas como Roma no existirían si esa fuera la única opción.

 ?? ESPECIAL ??
ESPECIAL
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico