¿Ya comenzó la consulta?
Seis de la tarde con 32 minutos de ayer. Suena el teléfono de mi oficina y, al descolgar, una voz grabada con tinte metálico y acento latino estadounidense se presentó sin darme tiempo a otra cosa, y me informó algo así como que “somos una empresa especializada, y estamos haciendo una encuesta sobre un tema muy importante”.
Y sí. Era una encuesta sobre el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
La consulta fue rápida. La grabación me instruyó que la respuesta debía ser emitida con los botones del aparato telefónico.
La pregunta fue la misma que se hizo pública el lunes pasado por el equipo de Andrés Manuel López Obrador: “Dada la saturación del aeropuerto de la Ciudad de México ¿cuál opción plantea que sea mejor para el país?”.
Luego las opciones de respuesta, pero con una novedad: no sólo me dieron a elegir entre las dos respuestas contempladas en la consulta morenista (“Reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca y construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía”... Oprima el botón 2)... (“Continuar con la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco y dejar de usar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”... Oprima el botón 3), sino que se incluyó otra alternativa: “No tengo una opinión definida sobre ese tema” (o algo muy parecido)... Oprima el botón 4.
Los dejaré con la duda sobre cuál opción elegí. Luego, un amable y sencillo gracias dio fin al ejercicio y la llamada terminó. Punto. Ya había participado en una consulta sobre el aeropuerto.
Pero... ¿En cuál consulta participé? ¿En la impulsada por AMLO? ¿En una encuesta alternativa?
Mi duda surge porque el equipo de AMLO que presentó los datos sobre la consulta, nunca mencionó una terca opción. Incluso la boleta que fue mostrada sólo contiene las dos primeras preguntas que recibí por teléfono. Nada de la tercera vía. La misma papeleta incluye en el reverso pros y contras de las diferentes alternativas en disputa.
Otro dato que abona a mi duda: la consulta (al menos en la parte de las papeletas) está contemplada para realizarse entre el 25 y el 28 de octubre.
¿En cuál encuesta participé entonces? Me inclino a pensar que la llamada que recibí es un ejercicio realizado por otro grupo o sector ajeno a López Obrador, y que será utilizado para cotejar los resultados de la consulta morenista. Es decir, puede ser una radiografía anticipada para, como se dice coloquialmente, “medirle el agua a los camotes”.
Sea cual sea el resultado, desde hoy les digo algo que seguramente ya saben: habrá controversia y mucho debate sobre el mismo. Eso sin contar que el fiel de la balanza tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador.