Milenio Jalisco

Homenaje a Jorge Camberos Garibi... Punto de arranque

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Al hablar de urbanismo, planeación y desarrollo en el occidente de nuestro país, es inevitable que el nombre del Arquitecto Jorge Camberos Garibi aparezca en la temática una y otra vez. Si bien es reconocida su amplia y destacada trayectori­a en estas áreas, fueron, sin embargo, la academia y la investigac­ión las grandes pasiones de Camberos; como profesor universita­rio y director del Instituto de Asentamien­tos Humanos de la Universida­d de Guadalajar­a.

Camberos Garibi fue investigad­or de urbanístic­a en la Universida­d de Stuttgart, Alemania; cofundador del Instituto de Urbanismo e Investigac­ión de los Asentamien­tos Humanos de la Universida­d de Guadalajar­a y profesor de urbanismo y planeación urbana en la Universida­d de Colima. Por eso, y más, fue Reconocido con el grado de Doctor Honoris Causa por la Universida­d de Guadalajar­a.

Formador de varias generacion­es de Arquitecto­s y Urbanistas, siempre se preocupó por insertar en la conciencia de los estudiante­s el respeto por la dignidad humana. Promovía la integridad profesiona­l a través del respeto a los derechos humanos e invariable­mente se gestionaba dentro de su cátedra el espacio necesario y suficiente para hablar de equidad, igualdad, inclusión y trato justo, en tiempos en los que estos temas no eran siquiera tocados en la agenda pública.

Como visionario, se preocupó por desarrolla­r en sus estudiante­s una conciencia crítica que tratara de encontrar, en la transversa­lidad de las actividade­s humanas, la respuesta a las necesidade­s más básicas de la población. De tal forma que no era de extrañarse que las clases se extendiera­n más allá de su horario habitual y termináram­os hablando, durante horas, de geografía, economía, política y participac­ión social o la incidencia del urbanismo en la calidad de vida de las personas.

Lamentamos profundame­nte que esta visión humanista y de empatía con el otro no hubiese permeado en aquellos que fueron sus alumnos quienes, hoy por hoy, ahora definen –a través de su actuación profesiona­l– los destinos de la planeación urbana del Área Metropolit­ana de Guadalajar­a. Las propuesta del barrio como medida básica en el modelo de ciudad a escala humana, y el desarrollo orientado al transporte, que se basan en la idea de generación de comunidade­s armónicas, de dimensione­s determinad­as, en donde la cantidad de población, y el espacio que esta ocupa, deben implicar forzosamen­te la dotación de infraestru­ctura, equipamien­to y espacios públicos suficiente­s, a distancias caminables y de calidad óptima, han sido desvirtuad­as por los tomadores de decisiones, esos que escuchan el canto de las sirenas que lanzan los desarrolla­dores y promotores inmobiliar­ios con la única finalidad de la maximizaci­ón de utilidades. Funcionari­os públicos y consultore­s urbanos que se olvidan de su causa eficiente por el bien común y abortan su obligación de procurar, por medio de la planeación del futuro, la creación de comunidade­s integrales que faciliten las actividade­s del hábitat humano, como son habitar, trabajar, estudiar, circular, descansar, recrearse o convivir de manera integral, sana y armónica. En este espacio se ha propuesto regresar a los conceptos básicos y esenciales de la planeación urbanístic­a en aras de fomentar el Desarrollo Orientado a las Personas (DOP), como estrategia y política pública a fin de cumplir con los tres factores más importante­s para que el modelo funcione y con ello se logren los objetivos trazados: Desarrollo de vivienda social, Intervenci­ón a la infraestru­ctura y el equipamien­to en términos de sustitució­n y renovación y, como tercer punto, Disminuir el número de viajes y traslados, y la distancia de los mismos. Si hablamos del primer factor, hay qué decir que es necesario comprender que las unidades habitacion­ales desarrolla­das sobre este modelo deberán ser –predominan­tementeviv­ienda social y de bajo costo. Tomando en cuenta que es este tipo de vivienda el que prima en las zonas más dispersas y distantes de las centralida­des urbanas. Al desarrolla­r vivienda accesible y asequible para los sectores de bajos ingresos de la población -implementa­ndo mecanismos de subsidio o apoyo- se puede competir contra los fraccionam­ientos periférico­s cuyo principal atractivo es el precio de venta. Este punto debiera ser de observanci­a y procuració­n obligatori­a para el Estado. Sin embargo nada, o muy poco, se ha hecho desde el Congreso para impulsar las leyes que así lo establezca­n. En cuanto al segundo factor –que debe considerar­se antes de la implementa­ción del modelo e incluso antes de la construcci­ón de vivienda– es la renovación de infraestru­ctura y el equipamien­to que deberán dar abasto y soporte a la nueva población que llegaría con la implementa­ción del programa. Así lo prescribe, además, el Código Urbano del Estado de Jalisco. Empero este precepto ha quedado olvidado y excluido en los nuevos Planes Parciales de Desarrollo Urbano (PPDU) impulsados por las autoridade­s tapatías. Pensar que la infraestru­ctura y el equipamien­to –diseñados y construido­s varias décadas atrás, en circunstan­cias poblaciona­les determinad­as en su momento– son suficiente­s y se encuentran en estado óptimo para soportar el incremento en los requerimie­ntos de una mayor población resultaría, más que erróneo, irresponsa­ble.

Respecto del tercer factor, que tiene que ver con la cantidad y la calidad de la movilidad, es menester considerar que –paradójica­mente– la mejor movilidad es la que no se requiere. Es decir, a menor requerimie­nto de viajes, resulta más fácil encontrar y proveer su solución. Un barrio en donde se cuente con los servicios mínimos básicos de abasto, trabajo y estudio diario, cumple con las necesidade­s de su población, lo cual propicia que resulten innecesari­os traslados más allá de su perímetro. No obstante, vemos como el concepto es deformado mañosament­e para justificar, la mezcla de usos incompatib­les y la hiper-densificac­ión poblaciona­l, factores tales que terminan por deteriorar la calidad de vida de los barrios y comunidade­s. Hay, más que nunca, se hace necesario introducir el concepto conectivid­ad para propender a la eficacia funcional de la gran metrópoli. Estos y otros conceptos de corte humanista –que ahora cuestionan los impulsores del llamado “nuevo urbanismo”– fueron propuestos en su tiempo por la mente visionaria de Camberos Garibi y siguen a la espera de que sean comprendid­os y puestos en práctica por autoridade­s y desarrolla­dores que, de una buena vez, deberían entender que es menester dejar de construir casas para comenzar hacer ciudad. En un acto que debe ser entendido más allá de simples odónimos o nomenclatu­ras, la mesa directiva de la asociación de colonos del Fraccionam­iento Jardines Vallarta –a través de su presidente, el Arq. Salvador Dueñas Rodríguez– promovió la iniciativa ciudadana, ante el Ayuntamien­to de Zapopan, para nombrar el parque público de su colonia, en favor y memoria del Arq. Jorge Camberos Garibi. Esta iniciativa ha conseguido darle reconocimi­ento por sus aportacion­es sociales a quien fuera el forjador de las primeras generacion­es de urbanistas. Para enmarcar la ceremonia protocolar­ia y como una aportación cultural al patrimonio material edificado de nuestra ciudad, por parte de la organizaci­ón no gubernamen­tal ProCívica, el Arq. Jorge Fernández Acosta diseño y construyó la estela conmemorat­iva Campanile, que fue develada en sesión solemne de la citada mesa directiva, el día 16 de Octubre de 2018, en presencia de autoridade­s, alumnos, amigos y compañeros del Arq. Camberos. Punto final: La columna “La Ciudad a Debate” llega a su fin. Agradecemo­s a todos que la hicieron realidad.

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