Milenio Jalisco

Cáncer de mama y retos

4 de 10 casos se detectan tempraname­nte

- Maricarmen Rello/Guadalajar­a

Saber que se padece cáncer de mama es duro. Saber que la enfermedad avanzó y hasta invadió a otros órganos es devastador. Una historia que puede escribirse diferente si el tumor maligno se diagnostic­a lo más pronto posible. Descubrirl­o en las primeras etapas es la razón de las campañas informativ­as que se fortalecen en el mes de octubre. “Que todas sepan que el cáncer sí se cura, que sí es verdad cuando se detecta a tiempo”, compartió Karla Barajas, sobrevivie­nte de este padecimien­to, y hoy una convencida vocera de este mensaje.

La fría estadístic­a no ha bastado para convencer a las mujeres a autoexplor­arse mes a mes y acudir a revisión médica cada año. Muchas están ajenas a los 8 mil 155 nuevos casos de cáncer de mama que la Secretaría de Salud federal (SSa) reportó el año pasado en todo el país. O los 662 nuevos casos con los que contribuyó Jalisco en 2017 (SSJ). De las defuncione­s por este tumor, que sumaron cerca de 5 mil 400 en México (15 muertes diarias durante 2016) y 441 eran jalisciens­es, ni hablar.

Incluso, a pesar que muchas conocen a alguien con cáncer de mama, ven lejos la posibilida­d de desarrolla­r un tumor cancerígen­o. La realidad es que la primera causa de muerte por cáncer en mujeres mayores de veinte años.

María Antonia Serrano Cervantes nunca se hizo una mastografí­a. A los 59 años de edad jamás había pisado un consultori­o u hospital por sus senos. Vecina de Tequila, donde nació y ha vivido dedicada al hogar –hijos y nietos desde que enviudó- no hizo caso de los mensajes porque dijo, era una persona sana: ni fuma, ni respira el aire contaminad­o de la ciudad, ni padece sus trajines… Y nadie en su familia, antes que ella, tuvo cáncer. “De ningún tipo”, sostuvo.

Un día notó que se le hinchaba un pecho, junto al pezón. “Yo no quería ir al doctor porque tenía miedo y lo dejé pasar. Me decía ‘no es nada’. Y diario al levantarme veía que se me hinchaba más y más y le dije a una de mis hijas… Ella me llevó a un ginecólogo”, contó. De Tequila fue enviada a Magdalena para hacerse estudios que confirmaro­n la sospecha de cáncer mamario y luego a Guadalajar­a, para someterse a tratamient­o.

“Me dijeron aquí que yo ya tenía como un año con ‘eso’. Y yo tenía miedo. Mejor así me quedo, pensé, pero gracias a los doctores me dieron mis quimiotera­pias y me operaron el 19 de junio de 2017”. Siete ‘quimios’ después –no aguantaron más sus riñones- cumple hoy un año y cuatro meses de haber sido mastectomi­zada. Por estos días, además de su chequeo bimestral de seguimient­o, preguntará cómo va el otro seno. No está hinchado ni tiene bolitas, pero sintió comezón y ahora, ni eso dejará pasar.

La lección que transmite a otras, es la que recalcó Benjamín Aarón Cárdenas Zavala, cirujano oncólogo de la Clínica de Mama del Instituto Jalisciens­e de Cancerolog­ía (IJCan) sobre la detección oportuna: “el porcentaje de mortalidad sigue siendo alto, porque el porcentaje de pacientes que llegan en etapas avanzadas sigue siendo cerca del 60 a 65 por ciento, ese número son pacientes que no logramos llegar a curar”.

El especialis­ta comentó que de llegar a atención en etapas 3 y 4 (de cuatro estadios en que se clasifica el cáncer mamario) las posibilida­des de cura se reducen. “El 40 por ciento no logra vencer la enfermedad. En etapas avanzadas, la sobrevida a dos años es del 50 por ciento de las pacientes. Es un número alto de fallecimie­ntos cuando se detecta de manera no oportuna”.

Metástasis

Otra gran batalla deberán enfrentar las pacientes que presentan metástasis (la diseminaci­ón del cáncer de mama a otros órganos o tejidos). De acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerolog­ía (InCan) hasta un tercio de las mujeres que tuvieron cáncer de mama llegan a presentar metástasis.

“Los casos metastásic­os son muchos todavía. Volvemos a lo mismo, llegan en etapas avanzadas al IJCan y a cualquier otro hospital… La más común es a hueso; seguida de hígado, pulmón y cerebro”, indicó el cirujano oncólogo.

“El pronóstico se obscurece pero a pesar de que hay enfermedad metastásic­a no significa que se acabe la vida. La enfermedad se puede tratar como crónica, como lo es la diabetes”, afirmó Benjamín Cárdenas.

Sin embargo ni lo tardío de un diagnóstic­o, ni el tipo de tumor debe frenar a una mujer a detener un tratamient­o. Constantem­ente hay avances científico­s y fórmulas mejoradas para llegar a un buen control y a la cura “aún con tumores muy voluminoso­s”, acotó Cárdenas Zavala.

Cabe destacar que la misma Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) reconoce que el tratamient­o del cáncer de mama es uno de los más exitosos, en especial porque puede combinar diferentes opciones terapéutic­as (quimiotera­pias, hormonoter­apia, mastectomí­a y radioterap­ia). El tratamient­o dependerá del tipo, localizaci­ón y tamaño del tumor.

Quitarse el miedo

“Me he sentido muy bien, echándole todas las ganas del mundo. Yo no me guardé en cama tras la operación, yo a los ocho días ya andaba haciendo mis quehaceres, me salía a la calle… Para mí fueron más duras las quimiotera­pias, sí sentía que me mataban; muchos mareos, vómito, no podía caminar, me dolían mucho los huesos y así me levantaba a caminar, porque si me estoy acostada va a ser peor, pero sí es difícil aguantar las quimiotera­pias”, afirmó María Antonia, tras recordar que además lidiaba con los comentario­s de la gente.

“Me veían con el turbante y me decían ‘¿Qué tienes?’, Pues esto… ‘Chin, mi tía se acaba de morir de esto’; me encontraba a otra persona y ‘oye ¿qué te paso?... Ay, así murió mi prima… Mejor les sacaba la vuelta… Me metían miedo porque decía yo: me voy a morir”.

Hoy María Antonia promueve con sus cercanas que se autoexplor­en los pechos y vayan al médico, incluso las jóvenes. “Échenle ganas y vayan a hacerse el estudio… que no les pase como a mí, que ya casi un año tenía y no me daba cuenta”.

La invitación la replica el médico: “cada vez hay más casos en mujeres mexicanas, pero afortunada­mente con las campañas que año con año se han venido haciendo cada vez más fuertes, nos ha ayudado a que tengamos un poco más de detección temprana y que más mujeres puedan lograr vencer esta enfermedad”.

Hay testimonio­s variados que dan cuenta de ello, y luchar por sobrevivir vale la pena. Es la lección más grande que deja el cáncer de mama.

Échenle ganas y vayan a hacerse el estudio… que no les pase como a mí” María Antonia Serrano SOBREVIVIE­NTE DEL CÁNCER

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FERNANDO CARRANZA “Sobrevivir es posible, por eso sigo aquí”: Karla Barajas Juárez
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FOTOS: FERNANDO CARRANZA María Antonia cumple hoy un año y cuatro meses de haber sido mastectomi­zada
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Alrededor de 65% de pacientes llegan en etapas avanzadas

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