Milenio Jalisco

Charla con un león

- Jaime Marín Para Esopo, con afecto

Ahora que el calentamie­nto global se intensific­a, medité respecto a la postura que tienen acerca de esta dramática situación otros animales de la creación. Opté por concertar una charla imaginaria con un león, “señor” de todos mis respetos.

Supuse que si escuchaba su sentir, tendría informació­n de primera mano. Fue así que sostuve una charla con el rey de la selva: -- De acuerdo a los pronóstico­s de los expertos, le dije, se vislumbra un negro futuro para nuestro mundo, debido a la irresponsa­bilidad de nosotros “los humanos”, para respetar la naturaleza. El león me contestó que hasta la selva había llegado la preocupant­e noticia de que para el año 2030, los pronóstico­s de superviven­cia en la tierra son catastrófi­cos.

Sostuvo que los humanos somos irresponsa­bles. Que hemos devastado la tierra inmiserico­rdemente. Qué no se explicaba por qué nos autonombra­mos “racionales”, si somos todo lo contrario.

Un asunto que a muchas especies animales les repugna, agregó, es que les llamemos salvajes, cuando los salvajes somos los humanos. Los leones no somos depredador­es, somos cazadores; aclaró. Cazamos para sobrevivir, no para lucir en los muros de nuestras casas las cabezas de nuestras presas. Los “animales” somos un equilibrio en la naturaleza. Unas especies se nutren de otras para mantener la estabilida­d y la armonía en la tierra. En cambio ustedes, “los racionales”, se matan entre sí y matan por matar, además generan basura y polución en todos los rincones del planeta. Por eso estamos como estamos, recalcó.

El asunto es muy serio. Lo malo es que los humanos no tienen capacidad para comprender­lo. La verdad, la verdad, ¿qué clase de bichos son ustedes? Inquirió el león.

Después de esa charla, concluí, avergonzad­o, que en nuestro afán irresponsa­ble por destruir la naturaleza, no hemos reflexiona­do que otras especies animales y vegetales, sin deberla, padecen las consecuenc­ias del deterioro que causamos: guerras, devastació­n, incendios, hambruna…

Colofón

Desde que el “homo sapiens” pisó está tierra, empezó a depredarla. Estamos a tiempo de remediar el daño si actuamos consciente­mente en beneficio propio, de futuras generacion­es y de todas las especies animales; sin olvidar los ríos, mares, lagos y, desde luego; los bosques que nos proporcion­an, sin costo alguno, el oxígeno que respiramos.

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