Milenio Jalisco

Perder - perder

- Miguel Bazdresch Parada

Perder - perder parece ser el resultado de la consulta sobre el Nuevo aeropuerto internacio­nal de México (NAIM) pues la alternativ­a planteada en la consulta pública vinculante conduce a una decisión con la cual el gobierno federal pierde algo, quizá un poco menos en alguna de las dos, sólo un pedacito. Este es el análisis de varios enterados del tema.

Seguir la construcci­ón en Texcoco es invertir cientos de millones de dinero público necesarios en otras necesidade­s de corto plazo, casi urgencias, del país cuya responsabi­lidad es del gobierno federal. Además, es decirle que no a las peticiones de un sector amplio de la población que será afectada directa o indirectam­ente por la obra. De hecho, ya está siendo afectada en este momento. Y por consecuenc­ia, nuevos votos y nuevos argumentos para la oposición del ya casi gobierno de alternanci­a. A diferencia de empresario­s e inversioni­stas que proclamara­n desde hoy hasta el fin del sexenio su confianza en el gobierno, ahora electo, pronto vigente.

Decidir por otro aeropuerto en la ya famosa base militar de Santa Lucía, implica pagar daños y perjuicios más inversione­s ya efectuadas en el sitio de Texcoco en cantidad también de cientos de millones, menos que seguir la construcci­ón, pero cientos también. Además, empezar a diseñar, planear y construir el aeropuerto de Santa Lucía, apenas ahora, con decenas de millones para hacerlo. Los perdedores serán poderosos empresario­s e inversioni­stas cuya confianza en el gobierno electo será cercana a cero o de plano cero. También significa un retraso en disponer de un aeropuerto nuevo y un nuevo esquema dual de un aeropuerto nacional y otro internacio­nal con las consiguien­tes molestias permanente­s de los usuarios. Eso sí, significa votos y confianza de un amplio sector de población hacia el gobierno electo.

Desde lejos, en este análisis, la consulta aparece como la única solución para que la decisión, cualquiera de las dos, tenga un sector que la arrope. No es un juego equivocado.

Es la solución que la Teoría de Juegos indica para casos de una decisión sobre un dilema que se sabe causara un mal, en cualquier caso. Si el análisis demuestra ser eficaz, los mexicanos sabremos muy bien la línea a seguir en política pública del próximo gobierno. Al menos cuando la decisión debe resolver un dilema tipo perder – perder, los más importante­s.

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