Milenio Jalisco

El batidillo

- CARLOS PUIG Twitter: @puigcarlos

Ya lo he escrito aquí: creo, por lo que he leído de los mejores expertos mundiales en la materia, que los megaproyec­tos de infraestru­ctura deben someterse a amplias consultas públicas. Les da viabilidad política y por lo tanto financiera y social.

La política es la política y ningún gobierno que arranca un proyecto de infraestru­ctura de ese tamaño —que tendrá sobrecosto­s y mil líos en el camino para terminarse— lo inaugura. Dicho lo cual.

¿Por qué así?

¿Quién estuvo a cargo?

¿Por qué están trabajando contra sí mismos? Nadie debe sorprender­se de que el nuevo gobierno no está de acuerdo con Texcoco. Lo vienen diciendo hace años, lo dijeron en campaña y la gente votó por ellos. El nuevo gobierno decidió hacer una consulta. Hasta ahí todo bien.

Los constructo­res y otros que prefieren Texcoco echaron a andar, con todo su derecho, la maquinaria en los últimos días, aquello de “los mercados” y “las calificado­ras”; sí, esos genios que, por ejemplo, nunca vieron la crisis de 2008. En fin, cada quién sus dioses. Solo recomendar­ía a algunos que leyeran los últimos libros de Fernando Escalante, en especial Se supone que es ciencia.

El gobierno electo que unos días nos dijo que no quería sesgar, se sacó de la manga y de último momento un estudio que según ellos hacía viable la opción de Santa Lucía y el Benito Juárez. No pasó mucho tiempo para que leyéramos las letras chiquitas y nos diéramos cuenta de que se hizo con informació­n provista por Riobóo, parte interesada, y que, en todas las páginas al calce, en letra muy chiquita, dice: “Cualquier decisión relacionad­a con dicho proyecto no deberá basarse únicamente en este estudio”. En fin, otro desastre.

Luego el Presidente electo llega a votar y en un chacaleo le tunde a Carlos Loret de Mola y a Valeria Moy, los insinúa con intereses raros detrás de sus opiniones, en fin… todo mal, peor.

La austeridad republican­a hizo que la consulta fuera baratita, lo que condiciona el lugar de las urnas adonde el partido es fuerte y tiene voluntario­s, y mal hecha, lo que permite que algunos, por joder, se pongan a votar tres veces y a exhibirlo en redes —No los vi, por cierto, robándose urnas el 1 de julio y sí se puedeehhh—.

Luego el vocero del gobierno electo dice que eso es focalizado, que sí hay problemas técnicos, pero luego algo así como que el pueblo bueno nunca votaría tres veces. Una vez más, todo mal.

Se ha manchado cualquier resultado, una lástima.

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