Trump: a la frontera sur, 800 militares; el Pentágono lo niega
“Den la vuelta a su país; no vamos a permitir la entrada ilegal a EU”, amaga el republicano
El Pentágono rechazó la información que señala que el secretario de Defensa, James Mattis, consideraba ordenar ayer el envío de 800 militares a la frontera sur de Estados Unidos, pero reconoció que está “atento” a la caravana de unos 7 mil migrantes que se dirige al país.
Lo anterior debido a que funcionarios estadunidenses aseguraron que el gobierno podía enviar 800 soldados a la frontera con México, luego de que el presidente Donald Trump hizo hincapié en la inmigración ilegal antes de las elecciones legislativas. “Estoy enviando a los militares para esta emergencia nacional. ¡Serán detenidos!”, escribió el presidente Trump en Twitter en referencia a los miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
“A aquellos en la caravana, den la vuelta, no vamos a dejar que entren personas ilegalmente en EU”, sostuvo.
“¡Vuelvan a su país y, si quieren, soliciten la ciudadanía como otros millones están haciendo!”, agregó.
Sin embargo, el capitán de la Armada Bill Speaks, portavoz del Pentágono, descartó esa posibilidad al asegurar que aún no se había recibido una “solicitud de ayuda” por parte del Departamento de Seguridad Nacional.
En todo caso, el portavoz confirmó que el Departamento de Defensa y el de Seguridad Nacional trabajan para determinar de qué forma puede el Pentágono ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Según estos funcionarios el Departamento de Seguridad Nacional había pedido al Pentágono que enviara fuerzas a la frontera, una solicitud preliminar que puede requerir el despliegue de entre 800 y mil soldados.
Uno de los funcionarios afirmó que el Ejército está analizando la petición, que puede implicar el despliegue de soldados para asistir en logística e infraestructura. Aclaró que las tropas desplegadas en la frontera no estarían involucradas en actividades para garantizar el “cumplimiento de la ley”, algo prohibido por una ley federal que data de la década de 1870.
Esa ley restringe el uso del Ejército y de otras ramas militares para la aplicación de la ley civil en territorio estadunidense, a menos que el Congreso lo autorice específicamente.
Sin embargo, los soldados pueden prestar servicios de apoyo a la policía como han hecho en otras ocasiones desde la década de 1980.
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