Giovana Jaspersen la nueva Secretaria de Cultura
Asus 34 años de edad cumplidos, la tapatía Giovana Jaspersen acaba de ser presentada para ocupar la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco. Estupor y sorpresa para los especuladores,la joven, de muy brillante trayectoria profesional, no cuenta en su haber con un padrinazgo quepudiera relacionarla con los grupos locales que han hecho de este rubro un filón sustancioso.
Su trayectoria laboral ha sido notoria en el sureste mexicano, donde últimamente se desempeñaba como directora del Museo Regional de Antropología de Yucatán, en el Palacio Cantón de Mérida, a cargo del INAH. En su ciudad natal obtuvo dos licenciaturas, en conservación y restauración de bienes muebles en la ECRO, donde defendió la tesis ‘La restauración como una intervención sociocultural; herramientas y consideraciones metodológicas’, y en gestión cultural en la UdeG, donde se tituló por excelencia académica. Cabe señalar, y eso nos habla de su capacidad intelectual, que ambas carreras las cursó de forma simultánea. Perfeccionó sus estudios en los Países Bajos, en Austria y en Bélgica antes de obtener una plaza como restauradora especializada en el centro INAH Yucatán, donde intervino en proyectos relacionados con la restauración de conjuntos prehispánicos de la rica herencia maya que allá se custodian, pero también en un tema aparejado a esto: la participación social y la difusión de ese acervo en el ámbito comunal donde se ubican. A mediados de este mes Enrique Dussel presentó su más reciente texto bajo un título provocador, Las metáforas teológicas de Marx, y más resulta serlo porque en su contenido ofrece una visión del todo contraria a la que tenemos del filósofo alemán: que estaba en contra del ateísmo. Su experiencia en la administración pública no es larga pero tampoco breve y el reto que recibe la coloca en una situación privilegiada, pues a diferencia de quienes le han precedido en ese cargo, su visión de la cultura va aparejada a la del patrimonio en sentido amplio y en el compromiso que de él deriva y el momento para emprender una nueva ruta de trabajo en esa área, para alguien tenaz, sería promisorio si lo vemos desde el planteamiento del vaso medio lleno: aterrizar de una vez por todas, con un plan operativo y un equipo de trabajo competente, cinco aspectos fundamentales que nos atrevemos a insinuar en esta columna: YPrimero, articular lo que hasta hoy es una pedacera de proyectos que no han tomado en cuenta un criterio mínimo: que es mejor iniciar procesos que conquistar espacios. Segundo, que la cultura en sentido amplio tiene una base antropológica de la que no se puede prescindir: los destinatarios de la misma en su base social por excelencia, el pueblo. Tercero, que el tema no puede plantearse, como lo hace el sistema escolarizado, como un complemento sino como una meta y una tarea inacabada. Cuarta, que facilitar la difusión de la cultura va más en orden a ofrecer herramientas que a subvencionar proyectos y, quinto, que las raíces identitarias de una comunidad rebasan con creces el campo de folclórico. Auguramos a la electa Secretaria de Cultura una gestión pulcra, propositiva y transparente, basada en lo que nos consta a quienes la hemos tratado: capacidad e inteligencia aplicada, objetivos claros y metas concretas.