Cruz Azul ya ganó la Copa y buscará el doblete
Copa Mx. Luego de un lustro mediocre, Cruz Azul por fin ha vuelto a ganar algo; ya tiene la Copa y ahora sueña con la Liga
Hoy Cruz Azul se permitió ser un grande y su fiel y sufrida afición se lo agradece
Anoche, Cruz Azul se permitió volver a ser un grande. Una licencia que contada, es más, casi en nulas ocasiones, se permitía. Pero ayer no fue el caso. Se presentó con personalidad en el estadio de Monterrey y venció con claridad y contundencia (2-0) para conquistar la Copa Mx. Un trofeo tan necesario como urgente, que manda un claro mensaje a todo el futbol mexicano: La Máquina está de regreso.
En esta ocasión no hubo amarguras disfrazadas de fantasmas, ni traumas que estropearan todo de último minuto. No. En el campo de Rayados hubo un equipo convencido de lo que se estaba jugando, que no se intimidó del escenario ni de su mala racha de visita. Fue práctico y contundente, un campeón en toda la palabra.
Y más allá de que esta Copa no sea el título estelar, para La Máquina, en este momento, lo representaba todo, porque es el regreso a los primeros planos luego de casi un lustro de mediocridad en los que arrastró su prestigio. Cruz Azul se fijó la Copa Mx como ob- jetivo y se cumplió, ahora viene el más importante, el que todo cruzazulino sueña: la Liga.
Ya en el partido, el conjunto de Pedro Caixinha supo aguantar al también necesitado Monterrey. Le concedió muy poco espacio de maniobra, al grado que un tiro desviado de Funes Mori fue lo más rescatable de los locales; en cambio, Cruz Azul tuvo una y la metió. Un centro de Adrián Aldrete que fue mal rechazado por Juan Pablo Carrizo, dejando la pelota a Elías Hernández, quien sin pensarlo sacó un derechazo cruzado tan potente que pegó en José Basanta y se metió. 1-0 y La Máquina se permitía soñar.
Y después vinieron minutos de resistencia en los que Rayados encontró un gol, pero anulado por fuera de lugar, y luego un penal que fue sustituido también por una posición adelantada.
Ya en el complemento, al minuto 52, Cruz Azul se acercó más al objetivo, en un magistral contragolpe, en el que Roberto Alvarado recibió por el centro, alzó la cara y abrió por izquierda a la llegada de Elías, quien de primera pasó al otro lado donde Martín Cauteruccio –sin marca– solo la empujó a las redes. 2-0 y La Máquina ya acariciaba la Copa.
Pero Monterrey no bajó los brazos, intentó meterse al juego; por ejemplo, Dorlan Pabón se fue por la banda derecha y sacó un centro buscando a Funes Mori, quien ya estaba en el corazón del área, pero ahí apareció la pierna salvadora de Pablo Aguilar para cortar el balón y luego reventarlo.
Cruz Azul estaba concentrado, en lo suyo, también esperando la contra para liquidar. Por ejemplo, como la que tuvo Misael Domínguez, quien tiró a quemarropa, pero Carrizo atajó bien.
Monterrey lo intentó y La Máquina también, pero los atacantes no estuvieron finos. Al final, tal vez estuvo más cerca el tercero cruzazulino que el descuento rayado en los minutos restantes. Así se consumió el tiempo hasta el silbatazo final de Fernando Guerrero. Sí, Cruz Azul es de nuevo campeón de algo y sumió en depresión a Rayados.
Aquí está el nuevo monarca de Copa. A este equipo tanto le urgía ganar algo y por eso tiene todo el derecho de celebrarlo en todo lo alto. Sin embargo, no debe perder de vista que el verdadero objetivo está a unas semanas de distancia, ese que hoy aparece aún como un sueño, pero cada vez más posible con la dupla Caixinha-Peláez.
Hoy este Cruz Azul se permitió ser un grande y su fiel y sufrida afición se lo agradece. Ahora, tiene todo el derecho de ilusionarse.