Enfocar prioridades
El nuevo recorte del pronóstico del crecimiento económico mexicano por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) llega en un momento cargado de presiones y contradicciones: ante la inminencia del cambio de gobierno, en medio de las esperanzas ciudadanas y de los roces con el sector empresarial, entrelanecesidaddelaatenciónalasdemandassocialesylas
pocoalentadorascifrasqueauguranlosorganismosinternacionales.ElFMIprevéquelaeconomíamexicanacrecerá2.1 por ciento en 2018 y 2.3 por ciento en 2019, mientras que en recientes previsiones consideraba cifras de 2.2 por ciento y
2.5 por ciento, respectivamente.
No es buen síntoma que se haya considerado que México está entre las economías latinoamericanas que se debilitarán, junto con Argentina y Brasil. Si bien es cierto que hay una fuerte presión internacional por la guerra comercial, las renegociaciones de acuerdos y la incertidumbre por la ola proteccionista estadounidense, la expectativa se centra ahora en las medidas con las que iniciará el gobierno de LópezObradorparafortalecerlaeconomía,sobretodoparaestablecer qué tipo de confianza generará a partir de la hoja ruta que inicie.
En este sentido, una de las dudas del
FMI apunta a las prioridades de la nueva administración, en vistas de un espacio fiscal reducido, es decir se trata de saber qué proyectos serán impulsados con más fuerza en un contexto de reformas en curso. La incertidumbre sigue persiguiendo al desempeño económico: primero con las elecciones estadounidenses, luego con las medidas del gobierno de Donald Trump, los aranceles, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la guerra comercial, las elecciones presidenciales mexicanas y ahora las decisiones que marcarán prioridades a partir del 1 de diciembre.
Si bien en lo discursivo se apunta al combate a la corrupción y a la atención de las necesidades sociales, la duda pasa por saber qué proyectos serán los prioritarios y cómo se los impulsará en el transcurso del tiempo. La duda plantea un escenario interesante porque instala la interrogante del cambio: cómo se propiciarán los cambios que contribuyan a revertir muchos de los males económicos que aquejan a la sociedad. Y muchas de estas interrogantes se resolverán directamente a la luz de los presupuestos y sus ejecuciones.
Lo cierto es que el escenario actual requiere de medidas urgentes y soluciones de fondo. Hay un marcado deterioro social evidenciado con indicadores de pobreza que no han podido ni siquiera ser minimizados, en tanto la desigualdad crece y el panorama de violencia es cada vez más cruel. La gente busca esperanzas y espera mejoría, aunque los pronósticos de organismos internacionales no sean tan optimistas.
Ante tantos frentes por atender, el enfoque de las prioridades será vital para saber hacia dónde vamos: la educación, elempleo,laseguridad,lasalud,lainfraestructura…Lanaturaleza de la transformación anunciada se verá a través de sus prioridades. Falta poco para verlas.
El FMI prevé que la economía mexicana crecerá 2.1 por ciento en 2018 y 2.3 por ciento en 2019