Se repelen
Gilga sabe poco de bancos y banca, pero es usuario y sabe que la mayoría de las comisiones son usureras. Despacio que voy de prisa. A los legisladores de Morena les hizo daño ver todas las entregas de
Los políticos no chocan, se repelen”. Lo escribió Florestán, el aforista que le regala a López Dóriga un epígrafe al día para su columna en su periódico MILENIO. En esto pensó Gilga cuando leyó la respuesta de Carlos Urzúa, inminente secretario de Hacienda, a Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en el Senado de la República.
A Monreal se le fueron las cabras y le pidió a Bertha Alicia Caraveo que, a su nombre, propusiera una iniciativa mediante la cual se terminarían muchas de las comisiones bancarias.
Ardieron los mercados, la Bolsa se arrastró por los suelos, los banqueros se jalaban los pelos y los bancos perdían su valor de capitalización (sabe qué quiera decir eso pero debe ser muy importante porque retumbó en sus centros la Tierra al sonoro rugir de los banqueros).
Se oyó la sirena del camión de los bomberos, Carlos Urzúa desmontó la escalera telescópica, se puso el traje de asbesto, el casco y pidió la manguera: “Aun cuando reconocemos que la intención de la iniciativa es tratar de mejorar la vida de los mexicanos, este objetivo no necesariamente se alcanza si no se toman en cuenta los impactos en las finanzas públicas como la estabilidad del sector financiero”.
Urzúa vio las cenizas y la humareda. Antes de tomar el cargo, apagó el primer fuego. Y Monreal dijo: “Al Senado nadie lo regaña”. Definitivo: los políticos no chocan, se repelen.
Se dice que en el equipo del Presidente electo y en las entrañas de Morena, muchos se repelen. ¿Cómo era eso de la cristalería y los chivos?
Gilga sabe poco de bancos y banca, pero es usuario y sabe que la mayoría de las comisiones son usureras. Despacio que voy de prisa. A los legisladores de Morena les hizo daño ver todas las entregas de Rápidos y furiosos. Palabras mayores
Y si de repeler se trata, en los mentideros a los cuales Gamés es convocado día con día (ah, una voz pasiva al fin, después de tanto tiempo), mjú, que el senador Batres y el senador Monreal no han chocado, solo se repelen cada vez que pasan de cerca y a gran velocidad.
Tampoco han chocado Yeidckol Polevnsky y Monreal, solo se han repelido: “El Presidente electo jamás vio esa iniciativa, no puede ser que temas tan importantes no se consulten. Es inaceptable”.
Gil lo leyó en su periódico MILENIO. Como una centella, el Presidente realizó un control de daños y aseguró que al menos en tres años no se tocará la ley que rige a las instituciones bancarias.
El anuncio detuvo la caída de la Bolsa y el dólar recuperó unos centavos: “Somos respetuosos de las iniciativas que presenten los legisladores, pero nuestra política es de no modificar el marco legal con relación al funcionamiento de bancos y de las financieras”.
Y santa paz.
Por cierto, los grupos financieros más afectados fueron Banorte, cuyas acciones cayeron 11.9%; Gentera (-10.26%); Inbursa (-10.8%), Santander (-8.1%); Crédito Real (-7.3%), Banco del Bajío (-7%). ¿Cómo ven al informadísimo Gamés?
Ahora, de esto a que entienda algo eso es otra cosa. Pero sí entiende que el senador Monreal le dio un empujón en las escaleras al nuevo gobierno. Más repeles
Gilga lo leyó en su periódico Reforma en una nota de Samuel Adam e Israel Ortega: “en una cerrada votación, José Luis Rodríguez fue electo como coordinador de la fracción parlamentaria Morena en el Congreso local.
Rodríguez, cercano al senador Ricardo Monreal, venció por 16 votos contra 15 a Ricardo Ruiz, considerado afín a la próxima jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum”.
Señoras y señores, atención: también se repelen entre los grupos políticos de la Ciudad de México. Los 15 legisladores que votaron por Ruiz querrán desconocer la votación.
Los integrantes de Morena conocerán
_ esta sencilla máxima: el poder divide, todo el poder lo divide todo.
Todo es muy raro, caracho, como diría Montesquieu: “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder”.
Gamés entiende que Monreal le dio un empujón en las escaleras al nuevo gobierno
Gil s’en va